Los días propios. Los que cualquiera tiene. Los que parecen lentos como el sol que no atraviesa las nubes; espesos como el chocolate que se quedó en tus labios. Esos días en los que te sientes tierno contigo mismo, en los que te das un descanso y vuelas tan lejos que olvidas de dónde vienes. Los días en que los seres se cambian de nombre al mencionar el tuyo, inasible a sus sentidos; intangibles sus deseos que desconocen. Esos días raros y almibarados en los que repartes caricias de canela en cada bocado y una pizca de pimienta con tus pinceles.
100
Publicado el 15 enero 2013 por JonhanLos días propios. Los que cualquiera tiene. Los que parecen lentos como el sol que no atraviesa las nubes; espesos como el chocolate que se quedó en tus labios. Esos días en los que te sientes tierno contigo mismo, en los que te das un descanso y vuelas tan lejos que olvidas de dónde vienes. Los días en que los seres se cambian de nombre al mencionar el tuyo, inasible a sus sentidos; intangibles sus deseos que desconocen. Esos días raros y almibarados en los que repartes caricias de canela en cada bocado y una pizca de pimienta con tus pinceles.