11: Buena nota, Mala nota.

Publicado el 09 agosto 2012 por 160
Esta tarde no pude evitar quedarme dormido durante una reunión importante de la oficina. Teníamos que revisar paso a paso los contenidos de un proyecto, junto a una consultora que había sido traida desde Venezuela solamente para eso. Morfeo atacaba siempre a todos, menos a mi. Yo sólo dejaba que me abrace en las noches, (sigo hablando de Morfeo o_O) cuando realmente era necesario. Pero en horario de oficina, jamás. Hasta hoy...
Estaba matando mostritos, eran como Gremlins, pero de los bonitos, de los que te provocan ternuna, los cogía con mis manos y les aplastaba el cuello. Sentía un placer incomprensible al hacerlo, pero de pronto, sentí mucha pena, me sentí extremadamente culpable, y cuando me había arrepentido, los Gremlins se habían vuelto malos y comenzaron a comerme y a chuparme el ojo derecho O_o .... hasta que un codazo de mi amiga me sacó de allí y volví a la realidad del Lunes 30 de Julio del 2012 - Planeta Tierra- Lima - Perú. Sentí mucha verguenza en ese momento, más cuando mi amiga me pasó una nota escrita en papel, (la mala nota) la cual le había sido entregada en una forma super caleta por mi Jefa que se encontraba al otro extremo de la mesa. La nota decía claramente: "Que Mijaíl se lave la cara x favor, para que se le quite el sueño"  T_T.
No le hice caso, simplemente procuré prestar atencion al máximo y me quedé en mi asiento. Guardé la nota en mi bolsillo y continué con la reunion. No me volvió a dar sueño, era como si con mucha fuerza de voluntad, y gracias a esa "nota de la verguenza" podía cambiar mi actitud en cuestión de segundos. La reunión demoró 4 horas y sólo la primera hora tuve el problemita, el resto de la reunión, ¡estaba en mis 5 sentidos! (#Win)
Por la noche, mientras regresaba a casa y sacaba el dinero de mi billetera, pude encontrarme de nuevo con la nota y me reí de mi mismo por la situación que pasé por la tarde, pero no solo ví esa nota, sino también, me di cuenta que en uno de los bolsillitos de mi biletera, tenía aún guardada otra notita aún más especial (la buena nota). Esta se la dediqué alguna vez a mi primer enamorado, por el día de San Valentin.
La historia de esa nota es algo peculiar. Era San Valentin y quería hacer algo realmente especial para Alfredo (Así se llamaba él). No se me ocurría absolutamente nada. Caminé  por todas las tiendas que pude, buscando el regalo perfecto. Quería un regalo que exprese por si solo lo agradecido que andaba  con la vida por haberlo puesto en mi camino. Un peluche no podría lograrlo, una corbata, tampoco, ¿chocolates?, ¡menos! ¿Flores? Soy gay, pero nunca taaanto (lol). No había en verdad nada que logre aquello que yo quería expresar.
Ya por la tarde, resignado, me dirigí a un recital de poesía en la Casona de San Marcos al cual había sido invitado por un amigo de la Universidad. Mientras esperaba a que comience, salí al parque Universitario y me senté por unos minutos a observar a la gente. De pronto, me percaté que al otro extremo de la calle había un hombre haciendo tipeos en  una máquina de escribir viejísima. ¿Quién en su sano juicio manda hoy en día a tipear documentos en maquinas de escribir ?- pensé en voz alta. ¿Cómo es que sobrevive ese señor? Realmente es dificil encontrar alguien que brinde ese tipo de servicios y más dificil aún es que alguien acepte darle algun trabajo de tipeo, ¿no?... ¡¡BINGO!! Allí tenía mi regalo perfecto. Me acerqué al señor y le pedí que me escriba una nota. Se emocionó al verme, parecía en verdad que no daba crédito a que un joven como yo le pidiera el servicio. Acomodó su papelito en la máquina con mucha destreza, cuadró todo al máximo y de inmediato me dijo: "listo jovencito, dígame qué quiere que le escriba".
Algo simple señor: "Escribí este mensaje, en una vieja máquina de escribir, porque encontrar una hoy en día, es tan dificil como encontrar a alguien como tú, gracias por ser lo máximo". Punto. Eso era todo lo que quería decirle y estaba seguro que le encantaría. El señor, al terminar me dijo que sólo costaba 1 sol. Obviamente le refuté de inmediato, ¡eso valia muchisimo más!, así que le dí los 50 soles que había planeado gastar en el peluche, los chocolates o quien sabe que otra cosa más. El señor pensaba que le estaba tomando el pelo y me devolvió el billete, hasta que finalmente le hice entender lo feliz que me había hecho al haberme ayudado a hacer algo tan especial para alguien más especial aún.
Ya por la noche, le entregué el detalle a Alfredo. Se emocionó mucho, realmente le gustó y me lo hizo saber con uno de los besos más tiernos que he recibido en mi vida. Lo malo fue que él había olvidado comprarme algo a mi ( ¬ ¬ ), y esa misma noche, con engaños me llevó al saga falabella y me regaló un par de boxers de payaso.
Fue una noche especial gracias a una nota, a una nota que me demostró que realmente estaba enamorado de alguien, por primera vez en mi vida.
Gracias a la nota....
#153 antes de ti: El señor de la máquina de escribir...
M.
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