Nos hemos dejado arrastrar por el pensamiento masivo.Es bueno que usted se quiera, pero también que lo quieran a usted. ¿Pero, por qué? ¿Es más importante lo que piensen los demás que lo que piense usted? ¿El amor de los demás es más lícito, más valido que el suyo propio?
Nos cohibimos en declaraciones cuando no debemos hacerlo, por el contrario ensalzamos comentarios por capricho. ¿Pero, por qué? ¿Cuántas veces ha dejado de hacer lo correcto, para hacer lo que los demás esperan? ¿Por qué proceder con franqueza, si se puede proceder con aprobación?
Algunos, nos acercamos al fuego de la autosatisfacción, que nos brinda tranquilidad. La caridad reconforta al corazón. No hablo de dinero, hablo de tiempo, de confianza y de palabras. Hablo de la dedicación hacia los injustos, hacia los que no deben nada.¿Pero por qué? Porque querido amigo, porque querida amiga, el individuo, ha dejado de existir.
Recuerdos:
Mientras mi carnosa mano, sostiene mi aquejada alma, el dedo índice se dedica a abrir correos electrónicos. La mayoría para ofertar cursos de idiomas, directorios de blogs, o alargadores de pene. Necesito las tres cosas, pero no son prioritarias.Leo un correo de mi amigo Federico, cuyo título es “La asombrosa simplificación del ser”. A grosso modo, se podría considerar un desglose del “Mens sana in corpore sano”. En este si estoy de acuerdo del todo.
Lamentablemente nos encanta etiquetarlo todo. Nos repugna hacerlo, pero ese sentimiento viene dado por el individuo.
Diario
Jueves
Esperando que se suceda el tiempo, como siempre suelo esperar a que se suceda algo. Imparable.Muchas veces me he odiado por tener esa sensación de estirarlo todo. Si algo es bueno… ¿mejor que dure no?Llevaba poco rato esperando cuando llegó. Es más, aún no había pedido la consumición. Tiene un rostro hermoso, con las facciones marcadas, líneas básicas bien trazadas, sutiles los cambios de curvas a rectas, y un magnifico gusto en la ropa que vestía. Hacía tiempo que nadie hablaba conmigo más de una hora sobre literatura, realmente unos momentos deliciosos. Creo recordar que no le gustaba Pio Baroja, pero ganó puntos al comentar obras de Oscar Wilde.Admito que sentía curiosidad, el diálogo era demasiado formal, pero eso no fue un inconveniente para degustarlo.Menos mal que también fumaba. Cuando salimos a la calle, estaba lloviendo. Para ser Agosto, las gotas tenían una temperatura casi gélida. No lo dude demasiado cuando me ofreció ir a su casa a fumar tranquilamente y tomar un café.
En su casa, la soltura de gestos entró en escena. Confesiones, comentarios, bromas, pero ningún guiño.No le gustaba el vino, pero me invitó a un Rioja. Es cierto que el gusto por el vino, no viene dado, hay que buscarlo. Hay que notar esa consonancia de sabores, hay que disfrutar de la amargura de esas pequeñas frutas moradas. Oler el roble, y viajar entre los años de la antigua cosecha.Al final pareció gustarle. Una conversación de más de 6 horas.
Los movimientos parecían tímidos al comienzo, pero cambiaron a medida que los besos se sucedían, para convertirse en algo más salvaje, más coherente, más sublime. Las luces de las velas jugaban con nuestras sombras, cuando del roce de piel contra piel, emanó el vapor del deseo.
Viernes
No me acuerdo de la última vez que me di el capricho de cenar fuera.Esta vez era distinta, estaba acompañado. Deliciosa comida, y exquisita compañía. Unos paseos aderezados por conversaciones triviales, pero de buen gusto. Unos cafés dulces, envueltos en momentos honestos.Luego de estas incongruencias verbales que me atrevo a escribir, nos dispusimos a ver una película en su casa.Por poco había olvidado esas alucinaciones que me echan una mano de vez en cuando… pero resurgieron, vaya si lo hicieron.
Es cierto que después de la última noche, esperaba algo más de cariño, y asumo que esperar algo de los demás es inútil. Yo concedí dos besos, antes de la cena, y antes de comenzar el visionado de cierto film que evoca las antiguas películas sobre el paso a la madurez.
- ¿No me vas a dar un beso?- Después – asintió mientras se colocaba perfectamente su camiseta.
Apertura de cuadro de diálogo. Centelleo de dianas sobre rostro. Anotaciones anexas.Comentarios posibles:1 – No vine aquí para ver la película. ¿Problema? Es mentira, si que fui allí para ver la película.2 – Bueno, eso esperemos – mientras forzaba una sonrisa diabólica-. ¿Problema? Realmente no estaba tan ansioso.Comentario efectuado: Un silencio incómodo.
Anotaciones anexas:info.: Ojos bien abiertos. Sonrisa sincera. Confirmación que viene dada por su asentir de cabeza.Conclusión: Espero que en poco más de hora y media, los cuerpos sean consecuentes con las almas.
A medida que avanzaba el metraje, se producían comentarios lógicos; cómicos, sutiles, afortunados. Aunque venían acompañados de bostezos.Emergen dianas. Surgen anotaciones anexas.info.: Bostezos que se suceden con un intervalo demasiado inconexo. Brillo en los ojos que no denotan un sueño extremo, ni siquiera palpable. Se viste el pijama…Conclusión: Preparando el terreno para la negativa.
Recuerdo la noche del jueves. Se ha sustituido la grasa, pero por músculo, si no por piel. En ciertas posturas la piel llora debido a la gravedad. Reconozco que es muy desagradable.
No pude continuar a su lado. Estaba a punto de romperme, de desquebrajarme en mil pedazos, de crear añicos de un alma, que antes se sentía completa y serena.
¿Por qué siempre que estoy en paz, busco la felicidad? ¿De verdad que es tan importante?
Desaparece cuadro de diálogo, anotaciones anexas. Se desvanecen las dianas.