No saben lo que se pierden aquellos que viven obsesionados con la perfección. Porque hay que distinguir entre querer hacer las cosas bien y en hacerlas perfectas. En este mundo todo se aprende ensayando, errando, cayéndose, perdiéndose y equivocándose mucho. Si haces todo bien a la primera, yo desconfiaría... porque nadie es perfecto. Y no es cuestión de que seas más o menos patoso, es cuestión de que nadie nace sabiendo.A algunos se les olvida, sobre todo cuando te señalan con el dedo, precisamente porque no se acuerdan de sus comienzos. Y eso siempre debemos tenerlo presente, ¿o a caso nunca llevaste la "L" cuando te sacaste el carnet de conducir?Todos hemos llevado un cartel de novato, todos hemos tenido una primera vez en algo y todos hemos errado en algo de lo que ahora somos expertos. Por eso siempre debemos tener presentes que fuimos aprendices de todo y que seguro, a pesar de los años seguiremos aprendiendo, equivocándonos y perdiendo un poco el norte hasta encontrar nuestro camino. Muchas de las cosas que hoy conocemos y que nos parecen de lo más normal, surgieron precisamente de un error, de un "voy a probar a ver qué tal" y fruto de ese experimento nacieron multitud de cosas.Así que, antes de reirte, señalar, pitar o perder la paciencia, recuerda que tú alguna vez estuviste en ese punto y que lejos de que te gritaran o perdieran la paciencia contigo, lo que menos necesitabas era eso. Así que, recupera la paciencia y recuerda que tras esa apariencia de imperfección, puede que se esconda un gran descubrimiento.
¡Lo que te hace auténtic@ son tus imperfecciones!