Sinceramente tengo que deciros que no tenía la menor idea de cómo iba a planificar esta entrada. Fue un mes en que todo se fue enturbiando cada vez más y que ocurrieron muchísimas situaciones que no creía que pudiesen pasar, o no quería. Así que intentaré haceros una visión de aquel mes como mejor pueda.
Como os conté en el anterior capítulo, se empezaron a producir las primeras llamadas, cometiéndose así los primeros errores. Cuando escuchábamos esas noticias que goteaban entre clase y clase, la emoción y los nervios nos inundaban, pensábamos: "¡El sueño se empieza a cumplir!", pero nada más lejos de la realidad. Nos empezamos a enterar que éstas llamadas eran el resultado de una idea que había tenido la empresa. Ésta empresa quería enviar una muestra de alumnos del curso a Noruega para ver cómo empezaban a funcionar éstos en los distintos trabajos. Precisamente ésto es lo que más coherente me parece de todo el asunto. El problema es que seleccionaron a los alumnos sin ningún criterio. Me explico.
Para trabajar en Noruega como enfermero, necesitas una autorización por parte del SAFH, un organismo regulador de la enfermería en aquel país. Ésta autorización nos la gestionaba la empresa y para eso eran todos los papeleos que tuvimos que hacer meses antes. Bien, pues hubo muchos alumnos de los que enviaron que no tenían esta autorización. A parte, el nivel de idioma (que era bastante parecido en todos los alumnos) no era el óptimo, habiendo a lo mejor (bajo mi modesta opinión) unos alumnos que por unas cuestiones y otras tenían el idioma más avanzado.Al principio cuando empezaron a llamar, no nos sentábamos a pensar por qué, simplemente nos alegrábamos. Poco después nos empezábamos a preguntar porqué unos sí viajaban de momento, y otros se quedaban. Igual me pueden tachar de envidioso, pero os puedo prometer que muy lejos de eso, lo único que pensaba era que hasta que no tuvieran la autorización, por ejemplo, no podrían trabajar, con lo que tendrían que mantenerse allí sin trabajar, en un país diez veces más caro que España. Pero al fin y al cabo estaba pasando así y solo quedaba esperar a ver que tal les iba.
Otro de los problemas comenzaría cuando E. pediría un documento que a priori no era necesario. Un día recibimos un mail en el que esta mujer nos notificaba que debíamos aportar una carta del Ministerio de Educación con la mayor urgencia, ya que si no no podríamos obtener nuestra autorización. Igual pequé de poco precavido en su momento, pero si no hacía falta es que no hacía falta. Dicho documento tardaba unas semanas en llegar a tu domicilio por correo, con lo que mi primer miedo fue que se retrasara mi viaje a Noruega. Hubo gente que afortunadamente lo mandó en su momento y su autorización estaba en camino. Este asunto traería un poco de cola más tarde, como veremos más adelante.
En cuanto al norskkurs, pues que queréis que os diga, aquello dejó de ser curso por unas semanas. Las clases se hacían muy cuesta arriba y pesadas, no por los profesores, sino por las circunstancias. Pasaban demasiadas cosas cada día que dejaban poco espacio en el cerebro para seguir asimilando el nuevo idioma. ¿Cómo creéis vosotros que se puede estudiar en condiciones pensando en que igual mañana te llamarán? ¿Cómo te puedes concentrar pensando que igual aquello no podría salir tan bien como tu creías?. Éstas fueron las preguntas que casi todos nos hacíamos en el curso y que reivindicábamos a profesores y coordinador. Era difícil avanzar, estudiar y concentrarse. Todos los días había noticias de cualquier tipo que hacía que nos descolocáramos, además muchos empezamos a pensar que el contenido que seguíamos dando en las lecciones no era el adecuado para empezar como enfermeros en Noruega en pocas semanas, así que pedimos empezar con vocabulario sanitario y que todo se centrara en este sentido, porque veíamos que aprendíamos mucho sobre economía o tipos de comida en Noruega, pero poco de como hablarle a un paciente. Así las clases de por las mañanas, sobre todo las últimas horas, eran de escuchar enfermeros noruegos para entenderlos y vídeos de la sanidad en Noruega, y por las tardes imaginar casos reales en hospitales para entrenarnos mejor en conversación y vocabulario. Pero aún así, nuestra cabeza seguía estando más cerca de Noruega que de España.
A todo esto hay que añadirle que un día el coordinador comentó que cabría la posibilidad de que no se hiciera el examen, ya que eran muchos los alumnos que se estaban yendo sin haber pasado el examen, y no nos parecía justo que los que quedábamos aquí tuviéramos que hacerlo. Así que, de momento, se acordó que no habria examen.Más tarde éste se impuso porque empezamos a atender poco en clase y fue una forma de reconducirnos y hacer que prestáramos más atención en el norskkurs.
Pero, ¿qué tal les estaría yendo a los que ya viajaron? ¿cómo fue el proceso hasta que se fueron?. Aquí es donde muchos de nosotros empezábamos a ver las orejas al lobo. Todo no era tan color de rosa. No recuerdo muy bien el número, pero creo que sería aproximadamente unos 10-15 alumnos que se fueron antes que el resto, y al final, los únicos que viajaron con esa empresa.
A todos ellos les llamaban un día de forma inesperada diciéndole que era J., Ch, etc.. (a veces personas que ni conocíamos). Éstas personas les decían que viararían en una o dos semanas así que lo tuvieran todo preparado. Algunas veces solamente se ponían en contacto diciéndoles que se irían en breve, que estuvieran pendientes al teléfono porque o ellos o alguna persona encargada del sitio de trabajo en Noruega, les llamaría para hacerles una entrevista. ¿Una entrevista?. Si señores, una entrevista. No entraba dentro de nuestros planes pero en clase pronto estábamos practicando ya las entrevistas tipo en noruego, con preguntas posibles y sus respuestas.A muchos de los alumnos que les decían esto, pasaban días y semanas sin saber absolutamente nada, con una maleta hecha en su casa esperando el momento, y sin nadie que hiciera sonar ese teléfono. Al resto, se los llevaban en cuestión de días a Noruega. ¿Vosotros creéis que los que se quedaban aquí podían aguantar 8 horas diarias de clase?. Por supuesto que no, era imposible. Recuerdo que el coordinador pedía paciencia y un último esfuerzo, pero era muy difícil. Todavía recuerdo algunas situaciones en las que creo sinceramente que no nos entendía. Al final, sólo unos cuantos de aquellos que tenían que esperar la llamada viajaron, con lo que al menos 7-10 españoles empezaban a inundar Noruega.
¿Cómo les fue?. En general, mal. Por una razón o por otra, algo al final siempre fallaba. Muchas de las promesas, o mejor dicho, puntos del contrato, empezaron a no cumplirse. Casas sin muebles, casas que no eran casas sino buhardillas enanas, habitaciones de hotel en vez de casas, alumnos que al poco de empezar les despedían por el nivel de idioma directamente, o sino simplemente buscaban una excusa para hacerlo pero por el mismo motivo, etc... No me voy a parar en describir cada una de las situaciones, pero en general era lo que pasaba. Claro que no todo era malo, alguno hubo que fue sobreviviendo y le fue bien (2-3 que yo sepa). Lo más penoso fue lo desprotegidos que quedaban allí, en aquel país extraño, sin que nadie de esa empresa les diera soluciones. Desde España no pasamos esto, pero veíamos que allí algo fallaba, que algo en la empresa no iba bien.
Después de este caos, no se si tenéis una idea aproximada de lo que estaba pasando, pero creo que por hoy está bien. La próxima semana el norskkurs acabará y con ello alguna que otra cosa más....