15 minutos del lado izquierdo.

Publicado el 31 octubre 2012 por Hsd


Si las señoras de la casa cada vez dicen más que es muy difícil  conseguir servidumbre porque ahora todas las señoras del servicio roban y después demandan; si los países sufren por encontrar un buen presidente, y ni qué decir de un buen técnico para su selección;  qué decir de lo difícil que puede ser encontrar a alguien que por sobre el servicio domestico, las leyes y el orden, y el 3-4-2, pueda hablar de Dios. Y no hablamos de decir que Dios es el creador y ya. Sino información detallada de Dios. Muy dificil, sin embargo así sea con la fé que nos permite creer que sí encontraremos una buena empleada, que cobre poco y haga mucho, o con un técnico que nos lleve al mundial, consideremos hoy que un Santo paso por aquí.
Srila Prabhupada (recomendado por los Beatles (recomendados por todo roquero serio) explicaba por ejemplo que considerar a Dios simplemente como el creador era como considerar al señor presidente como el honorable fundador de la cárcel y ya.
Ahora, si alguien viene a decir que Dios no es sólo el creador implica que tiene información más profunda al respecto, y de hecho que sí. Aunque no iremos por allá en esta ocasión, porque preferimos aclarar el asunto este de "la cárcel"; justamente porque puede ayudar a soltar la trampa en la que cae más de un sediento ateo.
Muchas perplejidades sobre nuestra existencia se solucionarían por sólo considerar esta existencia como algo negativo, como si estuviéramos en una cárcel. Si alguien juzga el bienestar de los ciudadanos de una ciudad tomando como única muestra la forma en que viven los presos y pensando que esa ciudad es sólo la cárcel, seguramente se volvería un detractor de los alcaldes, coordinadores y creadores, pero para alguien que entienda el papel y la función de la cárcel y conciba la existencia del resto de la ciudad puede entender y hasta llegar a apreciar y ser amigo del alcalde, e incluso tener el raro ánimo de ser buen ciudadano.
El problema (es la objeción siguiente) es que sólo conocemos la cárcel y no tenemos ninguna prueba de algo positivo. Y la respuesta a esto es que es cierto y es falso. Porque llegando hasta este momento la cuestión ya no depende tanto de los hechos probatorios (que efectivamente los hay como la misma incomodidad que sentimos como nuestra existencia solamente material, o los sentimientos poderosos e inexplicables por los cuales dejamos la tan querida pereza), sino de la conveniencia.
El ateísmo, como los sistemas de explotación y el robo, ganan adeptos vendiendo comodidad, más que en razones o conciencias, en el fondo uno sabe. En conclusión la situación se pone tensa no porque haya que despertar a alguien que esta dormido, sino por como dicen: más difícil que despertar a alguien que esta dormido es despertar a alguien que se esta haciendo el dormido.