Como cada mañana desde hacia unas semanas, Tobías acudía corriendo a la escuela. La ilusión y las ganas de encontrarse con su nuevo amigo, hacían que desayunase y se preparase para la escuela a velocidad récord.
Aquella mañana se llevaría una sorpresa , su amigo tenía algo que enseñarle.
-¡Hola Juan! , ¿has visto que cromos tengo nuevos?
-¿Cromos? No Tobías, hoy no traje cromos, hoy traigo algo diferente, mira...
Y de detrás de la papelera de clase sacó una cajita pequeña.
-¿Que hay ahí?
-Lo encontré en el desván de casa, estaba encerrado y creo que deberíamos liberarlo.
-Pero...¿que es?
-Mira....- Y abriendo poco a poco la cajita, la cara de ambos se iluminaba como si un foco estuviese alumbradolos.
-Pero....es...
-Si....¿a que es genial?
-Juan, tenemos que liberarlo, no podemos tenerlo en una caja.-
-Después de clase, vamos al arroyo del bosque, allí no nos molestarán.-
Continuará....