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La voz de Clara se tornó nerviosa, cuando se encontraron debajo de su árbol secreto, allí donde tantos días habían jugado juntos a mil y una historias.Aquel sueño que desde pequeña siempre había tenido iba a hacerse realidad y él ,su amigo del alma, era el primero en saberlo.
La quería, no sabía si era correspondido y no quería que ella se sintiese influenciada por sus sentimientos,
por lo que nunca se lo dijo. Aunque se alegraba enormemente por la noticia que le acababa de dar, su corazón, se partía en mil cachos, ya que no podía acompañarla.
No pudo evitar un gesto compungido que sutilmente disimuló dándole un abrazo y diciéndole cuánto se alegraba por ella.
El ruido de las hojas fue lo único que se oyó durante un rato, un rato en el cuál se miraron fijamente a los ojos y las lágrimas asomaron en sus rostros.
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