Ana aprovechó que Juan y Pedro se había ido con Antonio a dar un paseo en bicicleta para empezar el cuadro de punto de cruz que le quería hacer a la pequeña.
Todavía no tenían elegido el nombre, no se ponían de acuerdo porque a Juan le gustaba Alicia, a Pedro Nora, a Antonio Cristina y a ella África. Así que tendrían que seguir buscando hasta encontrar el nombre perfecto.
Ya sabía que iba a bordar una luna de la que colgase una cereza (ya que era su fruta preferida). Después bordaría el nombre y una estrella.
Justo cuando terminó la cereza los chicos llegaron a casa. Juan entró corriendo para darla un beso y contarla que habían visto como se caía un niño por no hacer caso a su padre y meterse por la piedras.