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Hoy iba a ser un gran día. Por fin era sábado, el día amanecía soleado y la promesa de visitar el zoo por fin iba a cumplirse. Todos se levantaron desde bien tempranito para prepararse.
-Coge la mochila y no olvides meter algunos cacahuetes a ver si podemos dárselos a algúnchimpancé – dijo mamá.-
El peque muy ilusionado rellenó media mochila de cacahuetes, gorra, botella de agua, alguna chuche, zumos…
Pasaron una mañana familiar estupenda viendo toda clase de animales que entusiasmaron al peque. Pero no era el único evento programado para el día. Hoy también era el cumpleaños de la abuela, que aunque cada año era más mayor sus celebraciones eran cada vez más juveniles. A todos les encantaba este gran día.
-Venga peque que nos vamos al restaurante a celebrar el cumple de la abu-
-¿Al del año pasado mamá?-
-No peque, este año lo celebraremos en un restaurante chino.-
-Pero mamá sabes que a mí esas cosas no me gustan…-
-No te preocupes hijo, que me he informado y hacen un poco de todo. También habrá unbacalao en salsa que tanto te gusta.-
El camino en coche se hizo un poco más pesado debido al cansancio. Pero pronto llegaron al lugar acordado, donde había una sorpresa que peque no esperaba.
-¡ Qué bonita decoración hay mamá!-
-Sí peque, son todo cositas típicas de china, ¿a que está bonito?-
-Sí mamá,¡mira qué lámparas hay arriba que parecen pelotas!-
-Pues hay una sorpresa peque, ve a mirar detrás de esa esquina a ver qué encuentras…-
-¡Guaaaaau mamá! Pero si también hay una piscina enorme de bolas chinas! ¿Puedo ir a jugar ya?-
-Claro peque, ve a jugar que te aviso cuando esté la comida.-