Se pueden hacer muchas cosas con un ordenador. Saber hacerlo todo es posible; saber hacerlo todo bien y hasta el límite de las posibilidades de cada programa o lenguaje es imposible. Faltan horas en el tiempo.
Si reducimos el ámbito de aplicación y nos quedamos con el diseño de páginas web, Drupal, el gestor de contenidos (CMS) con el que se está fraguando la próxima web de Acta Verbum (aunque cualquier otro vale), conlleva varias tareas. En primer lugar y aunque parezca evidente, hay que saber buscar las soluciones a los problemas que vayan surgiendo en internet.
A partir de ahí, entender un servidor y una base de datos. Se requieren conocimientos básicos, pero el objetivo es familiarizarse con los archivos php.ini para modificar variables que pueden afectar al buen desarrollo de los procesos, sobre todo en los límites de tráfico de datos y extensiones de PHP.
Posteriormente, comienza el CMS en sí. La dificultad de aprendizaje ya depende de las posibilidades que nos permita. Antes de escogerlo, es importante definir el uso de la web que vamos a crear. ¿Para qué? Aquí se combinan dos tareas: configurar la estructura de los contenidos y el aspecto de la web.
Las características básicas en cuanto a la estructura se pueden hacer a golpe de clic; el diseño es escrito (en código HTML y CSS principalmente), aunque se enriquece con la edición y utilización de imágenes. El resto de opciones como añadir las redes sociales, newsletters, permisos, roles, buscador, sistema de comentarios, backup, encriptación, sitemap, campos dedicados al SEO... suelen agregarse a través de módulos, widgets o snippets externos. Su uso suele ser sencillo, aunque no siempre hay documentación disponible en español y quizás haya que escribir para aplicar las opciones avanzadas.
Una vez superado todo esto, ¿cuándo se termina?
Me falta poco para concluir la estructura (en el caso de Drupal, taxonomías, tipos de contenido, campos, vistas, panels, bloques y contextos). Una vez esté lista, subiré la web a un servidor de pago para que esté disponible desde cualquier ordenador conectado a internet con el dominio escogido. Hay opciones gratuitas, aunque los servidores gratuitos suelen tener un espacio limitado y los dominios gratuitos terminan en .co.cc (gratis sólo el primer año y no Google no los indiza) o .tk. El coste máximo presupuestado es de 5 euros al mes.
¿Y después? Termino el diseño... que es la pata de la que más cojeo... La usabilidad no es difícil de mantener, porque también viene condicionada por la estructura de los contenidos, pero crear una identidad corporativa propia que te diferencie del resto son más, más y más horas. Tantas hasta que prácticamente no se sepa cuándo está el trabajo realmente terminado.
Faltaría añadir la publicidad y listo. Quería que el "listo" coincidiera con mi cumpleaños, el 25 de este mes. Va a ser imposible. La estructura es seguro, el subirla a un servidor web es probable, dejar listo el diseño imposible... Muchas horas de trabajo pendientes para diez dedos con una remuneración que no empezará a llegar hasta el final, hasta la publicidad... Entonces empezará el trabajo de verdad, publicar, y publicar, y publicar... ¿Merece la pena? Espero que sí...
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