Fue el emplazamiento de un período de destrucción ecológica natural que no se olvidará con facilidad. Durante ese año, el Hemisferio Norte fue golpeado por los efectos de por lo menos 2 fenómenos anormales, pero naturales. Esos eventos fueron misteriosos en ese momento, y aún hoy no son totalmente comprendidos.
Las anormalidades del clima propiciaron un invierno severo que destruyó las cosechas del norte de Europa y del nordeste estadounidense, pero ¿qué puede causar tal desajuste climatológico? Vamos a verlo.
1816 marcó el punto medio de uno de los extensos períodos de baja actividad magnética del Sol, llamado el Mínimo Dalton. Este particular mínimo duró desde 1795 hasta la década de 1820. Tuvo un precedente en el Mínimo de Maunder (1545-1715), responsable de al menos 70 años de tiempo excepcionalmente frío en el Hemisferio Norte. El Mínimo Maunder está inmerso dentro de un período aún más conocido llamado la Pequeña Edad de Hielo, que duró aproximadamente desde el siglo XIV al XIX.
Cuenta anual de manchas solares desde 1610 hasta el 2000 donde se aprecian los Mínimos de Maunder y Dalton.
Además de esto, en 1815 se produjo una catastrófica erupción del volcán Tambora en la Isla de Sumbawa, entre el 5 y el 15 de abril en la isla de Sumbawa (Indias Orientales, hoy Indonesia), lo que arrojó a la atmósfera superior un 1.500.000 toneladas de polvo. Como es normal tras una erupción volcánica fuerte, las temperaturas mundiales descendieron debido a la reducción de la luz del Sol.Ver mapa de Sumbawa más grande
Registros de diarios y relatos de periódicos abundan sobre el desusado frío primaveral y veraniego. La gente notó el anormal color del cielo, el gran tamaño de las manchas solares, y otras curiosidades. En mayo de 1816, sin embargo, la escarcha quemó la mayoría de las cosechas que se habían plantado, y el 2 de junio una gran tormenta de nieve produjo muchas muertes. En julio y agosto, se observó hielo en ríos y lagos en latitudes tan al sur como Pensilvania. Fueron comunes impresionantes y rápidas oscilaciones de temperatura, pasando en cuestión de horas de las normales o superiores a lo normal del verano (tan altas como 35 °C) a cercanas al punto de congelación. A causa de que la mayor parte de la gente del Hemisferio Norte eran granjeros de subsistencia, el fracaso de las cosechas no sólo significaban penurias, sino también muerte.
FUENTES: [1] [2] [3]