Soy producto de mis sumas y mis restas, de mis apuestas, y de mis errores que han sido las mejores lecciones de vida.
Hace 1850 días dije sí, y hace 1120 dije que no. ¿Cobardía? ¿Valentía?
La respuesta varía según el prisma que tengas para observar la vida.
A cinco años puedo decir que no hay nada que endulce más el café, que mi sonrisa, y el mejor praliné que sus ojos cuando me miran.
Nadie me dio el planisferio de mi vida, nadie me dijo que necesitaba cruzar un océano para curar las heridas, y que el secreto de la felicidad se descubre todos los días.
LM y yo creemos que no hay mejor lugar en el mundo para perderse y encontrarse como Madrid. A ésta ciudad le debo mis mayores lecciones de vida
Subir escaleras que van hacia abajo
Aprender a vivir con mis ausencias.
Descubrir que los arbustos,
no sólo visten,
los parques y jardines,
sino que también sirven,
para desvestir una pasión.
Reconocer que Goya ya conocía mi alma caníbal,
me lo dicen los ojos de Saturno… Bienvenida
Bendecir cada metro de Madrid que pierdo,
porque gracias a ello,
la vida me regala entre cinco y tres minutos de pensamiento.
Afrontar que jamás dormiría con mi mentira,
a la cual tenga que decirle todos los días: Buenos Días.
Confesar que: Hay golpes en la vida tan fuertes…Yo sí sé
Una pasión, apagada por el frío viento de la razón.
Jubilar a los celos, porque ellos son la pleitesía que le rinde un no saber ser, a un ser
Vivir en una sola noche, más de setecientos cincuenta días.
Cuestionar a Pitágoras: Uno más uno son tres:
Tú, yo y lo que somos cuando estamos juntos
Sin embargo…
Mi mayor conquista, mi mejor hazaña,
Asimilar que yo tengo una particular forma de amar,
pero no por ello perfecta,
así que no debo dejar de preguntar al Leitmotiv de mi amor
¿Te amo cómo quieres que te ame?
¿O es que a través de ti,
sólo me amo a mí?
Daniela: Gracias por enseñarme que no siempre la felicidad se va a vestir de ti o de mí, pero que existe.