19: Para escucharte mejor...

Jackson y su Madre esperando el tren :)

Hoy fue un día post guerra. Mucho más tranquilo que el de ayer (uff), he levantado a los heridos y he dado cristiana sepultura a quienes cayeron. Ahora estoy más tranquilo, así que nuevamente pude ocupar mi tiempo en observar a mi alrededor.
Apenas marcaron las 6:30 me dirigí rápidamente a la estación del tren. Después de mucho tiempo podría finalmente irme directo a mi casa. No tenía citas, ninguna reunión, ni paseos, nada. Simplemente iría a casa a descansar (claro, antes debía escribir este post).
 No se me ocurría nada en especial para escribir esta noche pues en verdad el día transcurrió sin mayores novedades y hasta el final, no había llegado a conocer al #145 del día de hoy.
Por suerte apareció Jackson. Sí, así se llama aquel hombre que estaba esperando el tren junto a una mujer mayor que minutos después advertí se trataba de su madre. Es poco común ver a una persona de más de 30 años tomado de la mano de su madre, por eso no pude evitar prestarles especial atención. Estaban sentados justo a mi costado, por eso, pasados unos minutos de estar con ellos, me di cuenta que se trataba de un caso muy especial. Su nombre es Jackson, su madre lo dijo un par de veces, mientras le pedía preocupada que no se aleje de ella "Jackson, no te sueltes de mi mano, hijo, ya ahí viene el tren", y él, como si fuera un niño juguetón, se acercaba rápidamente a agarrarle nuevamente de la mano.
Ella le arreglaba el saquito mientras le conversaba sobre de los gatos que al parecer habían dejado solos en casa sin comida, y él simplemente la escuchaba callado, mirándola con un semblante de preocupación, como compartiendo la angustia de su madre pero sin decir una sola palabra. Ella seguía hablándole, el seguía sin responderle pero era obvio que se entendían a la perfección.  No creo que haya una sola cosa que no hayan podido contarse. Su comunicación era totalmente sincera.
Pronto llegó el momento de partir, ambos se subieron al penúltimo vagón del tren y se perdieron en la noche lluviosa. No me llegué a subir a ese tren, pues quería tener un momento de tranquilidad para pensar en la bonita escena que acababa de presenciar. Me sentía un tanto extraño al darme cuenta que a pesar de que yo no tenía ningún "problema" de comunicación, a pesar de ser considerado sano y en mis cinco sentidos, jamás he podido llegar a tener ese nivel de confianza con mi madre. Siempre hablamos, siempre nos reímos, comentamos cosas, me comenta cosas, pero nunca hemos podido hablar de nuestros verdaderos problemas, de nuestras penas más profundas, de lo que encierra nuestros corazones.
No sabe que me he enamorado alguna vez, mucho menos sabe de quién, no porque no haya querido escucharme, sino porque yo no he querido contárselo. Por miedo, por verguenza, por que no lo creí importante, quién sabe porqué, el hecho es que nuestra comunicación, no ha sido totalmente transparente y nadie ha hecho nada para remediarlo. Ella no ha aprendido a escucharme mientras me quedo callado y yo tampoco he hecho esfuerzo alguno para enseñarle cómo hacerlo.
Lo que vi esta noche, es una buena excusa para ser yo quien tenga esa iniciativa, porque no les miento, hoy más que nunca, tengo unas ganas enormes de que me cuente su preocupación por la comida ausente de los gatos y que sepa que la estoy comprendiendo de verdad.
#145 Antes de tí: Jackson