1Q84 de Haruki Murakami

Publicado el 05 septiembre 2011 por Marianleemaslibros
Cuando Murakami visitó España en 2009, ya nos anticipó cual iba a ser su nuevo libro, 1Q84, el más vendido durante dicho año en Japón y que ha sido publicado en España en 2011por la editorial Tusquets.
Curioso este título que resulta dual, debido a que la letra Q suena igual que el número nueve en japonés: “esa variación en la grafía, refleja la sutil alteración del mundo en que habitan los personajes de esta novela”.
Según este escritor amante de la soledad, el jazz y los gatos, por partes iguales, es un guiño y homenaje al 1984 escrito por Orwell: “Orwell escribió '1984' mirando al futuro, y yo, con mi novela, quiero hacer lo contrario, mirar al pasado, pero sin dejar de ver el futuro”.
Son las dos primeras partes de una trilogía, que intercala capítulos entre los dos personajes mas importantes de la historia, Tengo y Aomame, dos vidas paralelas en el Japón de 1984, o al menos eso creen ellos, vislumbrándose siempre en cada página un posible futuro encuentro entre ambos, en algún momento de la historia.
Tengo, profesor de matemáticas en un instituto y a la vez escritor frustrado de sus libros, hasta ahora nunca publicados, es un tipo sencillo con una vida sencilla, que pasa desapercibido, que huye del deber y del compromiso, con una pareja sexual 10 años mayor que él, que lo satisface una vez por semana, pero que nunca ha olvidado a esa niña de 10 años que un día le miró fijamente a los ojos cogiéndole de la mano y estableciendo entre ellos un lazo vital e irrompible
Aomame,  con una doble vida. Monitora de gimnasio y fisioterapeuta, pero asesina justiciera a sueldo en su tiempo libre.
Los dos están obsesionados con el pasado:
Tengo sufre de vez en cuando una especie de “ataque”, una evasión de la realidad momentánea, cuando le viene a la cabeza un perdurable recuerdo de cuando era un bebé con año y medio: él está en la cuna y su madre le da el pecho a un hombre que no es su padre. ¿Será real o irreal? Porque nadie tiene imágenes mentales de cuando se es tan pequeño…
Por otro lado, Aomame recuerda insistentemente sus comienzos como vengadora de las injusticias cuando ocurrió el suicidio de su mejor amiga Tamaki, mucho tiempo maltratada por su esposo, convirtiéndose éste en la primera de sus infalibles venganzas.
¿Quien le proporciona a Aomame sus víctimas?
“La Señora”, la anciana de la Villa de los Sauces, que regenta junto a su fiel guardaespaldas Tamaru, un albergue para mujeres maltratadas. Ella, que durante un tiempo participó en sus clases de defensa personal y que ha averiguado su habilidad excepcional para clavar un pequeño picahielos en un determinado sitio de la nuca, para producir una muerte rápida silenciosa, muy similar a una muerte natural, la contrata para su “causa vengadora”, propiciando una relación casi de madre e hija entre ambas.
Y esta enrevesada historia comienza cuando el editor de Tengo, Komatsu, le pide que reescriba  y dé forma a “la crisálida de aire”, una novela que va a optar al premio Akutagawa, escrita por Fukaeri, una chiquilla de 16 años de complicada personalidad y que hace preguntas sin interrogantes, sin entonación.
Como alguien tan joven ha podido inventarse una historia tan irreal como extraña, es todo un enigma, a no ser…, que en realidad no sea tan irreal.
Desde la primera hasta la última página, me ha cautivado y me he visto sumergida completamente en su trama.
La tercera y última parte de la trilogía se ha publicado en Japón en 2010 ¿Cuándo saldrá en España? Parece que tendremos que esperar hasta Octubre. ¿Nos aclarará todos los enigmas, todos los flecos? Estoy impaciente por conocer el final…




Imaginar cómo sería, mirar un día al cielo y descubrir dos lunas, la de siempre y otra ligeramente verdosa, como cubierta de musgo, más pequeña, y poco a poco ir descubriendo que vives en un mundo distinto, que no es exactamente un mundo paralelo, ni tampoco alternativo, pero distinto.
Eso les sucede a ambos protagonistas, aunque ninguno es consciente del punto en el que cambiaron las agujas de sus trenes, cuando pasaron a vivir en 1Q84.  
Para Aomame, probablemente el cambio se produce cuando desciende por unas escaleras de emergencia de la autopista Metropolitana después de verse en un taxi, atrapada en un atasco y escuchando en la radio una pieza musical que reconoce, a pesar de desconocerla (la sinfonietta de Janácek, una de las preferidas de Tengo), mientras se dirige a una de sus misiones criminales.
--“1Q84, así voy a denominar este nuevo mundo, decidió Aomame. Q, de question mark. Algo que carga con una interrogación a sus espaldas. Me guste o no, ahora me encuentro en 1Q84. EL año 1984 que yo conocía ya no existe. El aire ha cambiado, el paisaje ha cambiado. Me tengo que adaptar rápidamente a la forma de ser de este mundo con signo de interrogación, igual que un animal liberado en un nuevo bosque.”
Y para Tengo puede que todo cambiara al sumergirse en la lectura y posterior reconstrucción de una historia clave, “La crisálida de aire”, que no es más que el reflejo de lo que ha sido la vida de Fukaeri, y que, casi sin notarlo, ha pasado también a formar parte de su propia vida.
¿De qué trata esta obra de ficción única, que parecía tener desde un principio un objetivo muy especial?
En 1981, tras unas revueltas universitarias, varias personas forman una organización pacifica, comprando un pueblo abandonado en las montañas. Una especie de comuna dedicada a la agricultura, Vanguardia.
Con el tiempo, el grupo se escindió en dos fracciones: una radical a favor de la lucha armada, que termina separándose amigablemente (Amanecer) y la propia Vanguardia, que acabó convirtiéndose en una organización religiosa con personalidad jurídica propia.
Allí encerrada entre muros, vivía Fukaeri, la hija de Fukada, el fundador inicial de la comuna agrícola: “con diez años cuidaba una cabra ciega, le habían asignado ese trabajo. La cabra estaba vieja, pero tenía un valor especial para la comunidad y era necesario vigilarla para que no sufriera ningún daño. No podía apartar la vista de ella ni un solo momento. Sin embargo en un descuido, la perdió de vista y la cabra se murió. Como consecuencia, a ella la castigaron. Durante diez días, permaneció completamente aislada con la cabra muerta. Y entonces es cuando entra en acción “La Little people”, a través de la cabra muerta, que era el pasaje entre ellos y este mundo.
“Ella no sabía si eran buenos o malos. Al anochecer “La Little people”venía a este mundo a través del cadáver de la cabra y al alba regresaba al otro lado. La niña podía hablar con ellos y ellos le enseñaron a crear una crisálida de aire: se extrae un hilo del aire y con él, se va creando una morada. La crisálida de aire yace solitaria sobre el suelo. Una tenue luz emana de dentro. La crisálida ya ha empezado a romperse. Tiene una fisura vertical limpia. La niña se agacha y observa el interior por la abertura. Descubre que lo que hay dentro es ella misma. Su otro yo esta boca arriba con los ojos cerrados.
-- Esa es tu daughter, dijo el Little people de voz ronca. Y tú eres lo que llamamos mother. La daughter sustituye a la mother. La daughter solo es la sombra del corazón de la mother, que ha tomado forma y que realiza la función de perceiver, quien percibe y que transmite lo que recibe al receiver. Es decir, la daughter será nuestro pasaje.
-- ¿Cuándo se va a despertar la daughter?
-- Dentro de dos o tres días. Sin los cuidados de la mother, la daughter no estará completa y le costará sobrevivir. Si la daughter desapareciese, la mother perdería la sombra de su corazón. Cuando la daughter se despierte, en el cielo habrá dos lunas. Las dos lunas reflejan la sombra del corazón”.
    
Y la niña huye atemorizada, impactada ante la visión de su otro yo, dormida, inmóvil, y aparece un día, repentinamente en casa del profesor Ebisuno, un buen amigo de su padre:
-- “Eri tenía diez años cuando se vino a vivir con nosotros. La Eri que apareció sin previo aviso, no era la que yo había conocido. En aquel momento se encontraba en tal estado que era incapaz de mantener una conversación. Parecía haber perdido la facultad de hablar”.
El profesor Ebisuno, quiso sacar a la luz “La crisálida de aire”, para que los medios de comunicación dirijan su atención hacia los padres de Eri, con los que ha intentado en vano contactar y que se encuentran dentro de los impenetrables muros de Vanguardia.
Cuando su libro se convierte en un bestseller, Fukaeri se esconde del mundo en la casa de Tengo, abrumada por el éxito, dándola los medios de comunicación por desaparecida. Su relación es muy extraña y a pesar de que una noche tienen un encuentro sexual, entre ellos sólo existe una unión existencial de compenetración mutua, un equipo, un dúo que se convierte en una única persona anti “Little People.”   
¿Cómo se adentra Aomame en la historia de Vanguardia?
Al refugio de mujeres maltratadas ha llegado Tsubasa, otra niña de diez años que ha perdido el habla, de la que sólo saben su nombre y su edad y que ha sido violada en repetidas ocasiones. El responsable parece ser un hombre muy influyente, el líder de una secta extremadamente vil  peligrosa, al que se le atribuyen poderes especiales como sanar enfermedades incurables, predecir el futuro, o realizar fenómenos paranormales. Son muy pocos los que le conocen, siempre se halla en sitios oscuros meditando.
Han averiguado que en dicha organización se viola a niñas antes de su menstruación, de forma sistemática:
-- “Entonces no podemos permitir que ande por ahí suelto, no puede haber más víctimas ¿no le parece?
Y así es como La Señora le propone a Aomame que se infiltre en la secta para liquidar al líder, un trabajo sumamente peligroso y complicado. Ella se compromete a proporcionarle un cambio de imagen y protección absoluta".
Un buen día, de repente, Tsubasa y otras personas muy allegadas a ambos protagonistas como la novia diez años mayor de Tengo y Ayumi, la actual mejor amiga de Aomame, “se pierden”, desaparecen repentinamente sin dejar rastro.
Tras atar bien atados todos los cabos de su vida, Aomame acude como fisioterapeuta a la cita concertada con el líder de Vanguardia, para intentar aliviarle en lo posible los fuertes dolores que padece,  con un simple revolver como defensa proporcionado por su amigo Tamaru siendo muy consciente del peligro que conlleva, y de que no habrá marcha atrás:
-- “Lo que va usted a ver y a tocar con sus manos es algo sagrado, un ser extraordinario. Sea lo que fuere lo que va a ver, no hable de ello en ninguna parte. Si alguna información se filtrase al exterior, su sacralidad sería profanada de manera irreparable”.
El líder es un hombre grande, fuerte, con diversas particularidades en su cuerpo: sus ojos padecen algún daño en la retina y no toleran la luz fuerte, pasándose casi todo el día en habitaciones oscuras. Además como le cuenta a Aomame:
“Los músculos se me agarrotan a menudo. No me puedo mover. Me vuelvo literalmente de piedra y puedo estar así durante horas. Cuando se me pasa no me queda más remedio que tumbarme. No siento dolor. Simplemente los músculos del cuerpo se paralizan. Me ocurre una o dos veces al mes. Mientras permanezco en este estado de aparente muerte muscular, tengo una erección continua sin sentir nada, ni deseo sexual. Y en esos instantes me uno a mujeres, tres mujeres en total, todas adolescentes. Se considera que este estado de parálisis, es una gracia venida del cielo, una especie de situación sagrada. Por eso cuando ocurre, ellas vienen y se unen a mí, e intentan concebir un hijo. Mi sucesor. Es una misión establecida. El problema es que a raíz de ello, mi cuerpo avanza de forma irremediable hacia su destrucción. La duración de la parálisis se alarga poco a poco. Cuando la parálisis se termina, un dolor intenso atormenta mi cuerpo, como si me clavaran gruesas agujas por todo el cuerpo y me siento exhausto. Tengo que soportarlo durante una semana. Ningún medicamento logra aliviar esos dolores. Los médicos no me han encontrado ningún problema. Me han dicho que mi cuerpo está sano. Lo que me atormenta de este modo, es algo que la medicina moderna no puede explicar. Es el precio a pagar por la gracia divina".
Y cuando Aomame estaba a punto de clavar su picahielo en la nuca de aquel hombre, algo la detuvo, no podía hacerlo. ¿Por qué? Se había dado cuenta de que él conocía sus intenciones y había contactado con ella para acabar con sus sufrimientos:
-- “Quiero que me arrebates la vida.
-- Si le mato ¿qué ocurrirá luego?
-- La Little People perderá a quien escucha la voz. Todavía no tengo sucesor. Si yo muero ahora se creará un vacío. Para ellos va a ser un palo. Hagamos una especie de trato, si me quitas la vida ahora mismo, a cambio yo haré que Tengo kawana se salve. Actualmente, por casualidad, Tengo se ha convertido en alguien no poco relevante para nosotros. No se trata de una simple casualidad. Vuestros destinos no se han cruzado aquí por el mero devenir de las cosas, os habéis adentrado en este mundo porque necesariamente tenía que ser así.
-- Y en este año 1Q84, dos lunas penden del cielo ¿verdad?
-- Efectivamente, hay dos lunas. Es un símbolo de que las agujas de la vía han cambiado. Permite distinguir los dos mundos. Pero no todas las personas ven las dos lunas, el número de personas conscientes de que estamos en 1Q84 es muy limitado. En este mundo existe la Little People. Hemos vivido con ellos desde tiempos inmemoriales. Cuando el bien o el mal todavía no existían. Al mismo tiempo que yo me he convertido en apoderado de la Little People, mi hija se ha convertido en el ser que encarna la acción anti Little People. Ella fue quien los guio hasta aquí al principio. Tenía diez años, ahora tiene diecisiete. Mi hija es perceiver, quien percibe y yo receiver, quien recibe.
-- Entonces, ¿violaste a tu propia hija?
-- Nos unimos. Lo fundamental era unirnos en un solo ser como perceiver y receiver.
-- Te convertiste en apoderado de la Little People violando de manera equivoca y conceptual a tu hija. Pero al mismo tiempo, para compensar, ella se alejó de ti y se convirtió en un oponente.
-- Tengo y mi hija se han encontrado por casualidad y han formado un equipo. Ambos poseen cualidades que se complementan. Ella tiene lo que a Tengo le falta y viceversa. Compenetrándose y uniendo sus fuerzas, han creado una misión determinada que ha ejercido un gran impacto en lo que a la creación de un impulso anti Little People se refiere.
En este mundo tu y Tengo osa pisáis literalmente los talones. Tengo y tú os atraéis mutuamente con mucha fuerza. Tengo te está buscando y además nunca ha amado a nadie más que a ti. Ahora mismo, en este mundo, es poco probable que os vayáis a salvar los dos al mismo tiempo. Hay dos opciones: tú mueres y él se salva, o Tengo muere y tú te salvas. En este momento solo puedes elegir una de las dos".
Le propone un trato, si ella le mata, él salvará a Tengo:   
-- Te haré desaparecer de este mundo, como deseas, te concederé una muerte instantánea e indolora para que Tengo sobreviva.
Sinceramente lo que yo querría es vivir y estar junto a él.
-- Si fuera posible te ayudaría, pero esa opción no existe ni en 1984 ni en 1Q84, en cada año por razones diferentes.
-- Seguro que existe un mundo en el que no tendría que matarte
-- Ese mundo ya no existe (esas fueron sus últimas palabras). Fuera, un trueno sin relámpago, retumbó violentamente. Todo terminó en silencio".
Me encanta un episodio titulado “Va siendo hora de que los gatos aparezcan”. En él Tengo decide ir a visitar a su padre, que en realidad no era su verdadero padre, que está ingresado en una clínica especializada en pacientes con demencia senil. Durante el trayecto, en el tren va leyendo un relato fantástico muy curioso:
El joven viajaba sólo, con una única maleta como equipaje. No tenía un destino. Se subía a un tren, viajaba y cuando le gustaba un destino, se apeaba. Así era como pasaba siempre sus vacaciones. Se apeó en “el pueblo de los gatos”, un pueblo donde no había nadie, quizás abandonado. Cuando el sol se ponía, numerosos gatos acudían a la ciudad. Gatos de diferentes tamaños y diferentes especies. Aunque más grandes que un gato normal, seguían siendo gatos. El joven sorprendido, se escondió en el campanario. Como si fuera algo rutinario, los gatos abrieron las cortinas de las tiendas, o se sentaron delante de los escritorios del ayuntamiento. Unos entraban en los comercios y hacían la compra. Otros bebían cerveza en las tabernas y cantaban alegres canciones gatunas. Al amanecer los gatos se habían ido y el pueblo se había quedado desierto de nuevo. Movido por su curiosidad, no se metió en el tren de regreso a la mañana siguiente. A la tercera noche, se armó cierto revuelo en la plaza que había bajo el campanario. ¿Qué es eso? ¿No os huele a humano? Los gatos formaron varios grupos e inspeccionaron hasta el último rincón del pueblo. Tres de los gatos subieron hasta el campanario: ¡Que extraño!, aunque huele a humano, no hay nadie, busquemos en otra parte. El joven soltó un suspiro de alivio y miró sus manos. Las estoy viendo. No me he vuelto invisible. ¡Qué raro! En cualquier caso mañana iré a la estación y me marcharé de este pueblo. Quedarme aquí es demasiado peligroso. La suerte no puede durar siempre. Pero al día siguiente, el tren no se detuvo en la estación y lo mismo ocurrió con el tren de la tarde. Era como si la silueta del joven que esperaba el tren, no se reflejara en los ojos de la gente. Entonces el sol empezó a ponerse. Va siendo hora de que los gatos aparezcan. El joven supo que se había perdido. Este no es el pueblo de los gatos, se dio cuenta al fin. Aquel era el lugar en el que debía perderse. Un lugar ajeno a este mundo, que habían dispuesto para él. Y el tren jamás volvería a detenerse en aquella estación para llevarlo a su mundo de origen".  
En los últimos capítulos del libro, Tengo se da cuenta de que hay dos lunas en el firmamento, igual que en la historia que tanto había complicado su vida:
--"No puede ser, pensó Tengo. ¿Querrá decir que estoy en el mundo de la novela? ¿Y si me hubiera alejado por algún motivo del mundo real y me hubiera introducido en el mundo de la crisálida de aire?"
Mientras Tengo se hace estas preguntas, Aomame se asoma al balcón del apartamento donde está escondida, huyendo de las represalias de los guardaespaldas del líder:
“En ese instante Aomame se fijo de repente en que no era la única persona que estaba mirando las lunas. En el parque infantil de enfrente vio a un hombre joven. En ese momento Aomame se percató de algo. Ese es Tengo. No hay duda. Es Tengo. ¿Qué hago?"
Tardó en decidirse, pero cuando al fin lo hizo, salió corriendo escaleras abajo, pero Tengo ya no estaba allí. La oportunidad de encontrarse con él tras veinte años de separación y añoranza, había pasado. ¿Volverán a cogerse de la mano algún día?
El libro termina igual que comenzó, con Aomame intentando descender por las escaleras de emergencia de la metropolitana, las mismas que le condujeron a 1Q84:
“Voy a hacerlo otra vez. Por pura curiosidad. Quiero saber que ocurrirá si hago lo mismo en el mismo lugar y vestida de la misma forma. No lo hago con la idea de salvarme. No le tengo ningún miedo a la muerte".
Pero Aomame no quería morir ignorante sin llegar a comprender como se había originado todo. Pero allí no había escalera alguna. En el mundo de 1Q84 esas escaleras no existían. La salida estaba bloqueada.
Si, lo sabía desde un principio. En la suite del hotel Okura, el líder se lo había dicho claramente antes de morir a manos de ella: la puerta para entrar en este mundo solo se abre en una dirección.
A continuación, Aomame levanto la empuñadura de su pistola y se introdujo el cañón en la boca, apuntando directo al cerebro.
-- ¡Tengo!, dijo, e imprimió fuerza al dedo colocado en el gatillo".