Ébola, esa palabra que Ana no necesita mencionar en su poética entrada, es una de las más repetidas estos dos días. Lamentablemente.
Veo las noticias y parece que estemos en la fase inicial de una película de zombies, de esas en las que un virus letal, supercontagioso y difícilmente controlable en este moderno mundo glotal acaba terminando con casi toda la especie humana.
No sé si la alarma social y sanitaria está justificada, por lo que he leído no es tan fácil contagiarse del Ébola ya que el enfermo tiene que estar en fase terminal, por lo que la enfermera contagiada no debería haber supuesto un foco de contagio, pero claro, no creo que todos los que hayan estado en contacto con ella esto les tranquilice mucho. De lo que estoy segura después de haber visto las quejas y denuncias de los sanitarios es que seguro que se podría haber evitado si no se hubiera gestionado la hospitalización del misionero de una manera tan chapucera, desastre solo superado por la rueda de prensa de la ministra de Sanidad.
Es el primer caso de contagio de Ébola fuera de África, ya podemos sumar una medalla más a la marca España ante el resto del mundo, y esperemos que se quede en el último no vaya a ser que les de por ponernos en cuarentena. Eso si, hemos salido en todos los noticiarios desde Alaska hasta Japón, aunque no sé si eso favorecerá mucho a que se incremente el turismo.
Y si aquí con un caso del virus, ayer, hoy y los próximos días vamos a estar colapsados por el Ébola periodísticamente hablando, me pregunto que pasará en esos países de África donde la misma enfermedad ha causado más de 3.000 muertos, donde los sanitarios caen como moscas ante la falta de medios para tratarla.
Sierra Leona, Liberia, Guinea.. ¿Se habrán acostumbrado a vivir con esa amenaza invisible? Hay muchos voluntarios y ONGs arriesgando sus propias vidas intentando acabar con ella, y mucho miedo de contagio por parte de los gobiernos occidentales pero poca voluntad efectiva de ayudar económicamente a estos países para poder acabar con una enfermedad que podría convertirse en una gran pandemia global. Los apoyos militares no suelen demorarse tanto ante la más mínima amenaza de seguridad real o inventada.
Las imágenes de enfermos cayendo literalmente de las ambulancias al no tener fuerza para andar mientras una población aterrorizada les observa de lejos sin medios para poder ayudarles sin acabar contagiados me rompían el alma.
Espero que la auxiliar de enfermería, que estaba realizando su trabajo como se lo habían indicado, desconozco si con un protocolo adecuado o no, se recupere y todo quede en un susto, pero sobre todo espero que no le acaben echando la culpa, que a este gobierno que tenemos le encanta quitarse los muertos de encima con la coletilla de “fallo humano”.
Y ya sabemos de que humano ha sido el fallo.