Revista Literatura

2014: ¡Un año de oportunidades para los autores independientes!

Publicado el 13 enero 2014 por Blancamiosi
Estuve leyendo el artículo publicado en EDICIONA: Las10 predicciones para los ebooks y la edición digital en 2014 de DBW” (Digital Book World), y la verdad, pienso que hay algunos puntos que se les pasó por alto.
Amazon es una tienda que no solo vende libros. Vende de todo. Y solo por ese "pequeño" detalle ya lleva una gran ventaja respecto de las editoriales. Amazon no es una editorial. Cuando a Mr. Jeff Bezos se le ocurrió la brillante idea de dar la facilidad a los escritores de autopublicar en su plataforma, probablemente lo hizo pensando en vender su lector Kindle. Era la manera más directa (y genial) de obtener compradores para su aparato. Probablemente pensó que a muchos les encantaría tener un libro publicado, sea por vanidad, o porque no tuvo la suerte de ser aceptado por una editorial. 
Pero, ¿cuál es la diferencia que hace que Amazon tenga tanto éxito como librería? no es, por supuesto, que se haya convertido en el adalid de los escritores fracasados, y con esto no quiero desmerecer a nadie. Me estoy refiriendo a todos aquellos que no consiguieron publicar por editoriales por diversos motivos. La razón de que Amazon tenga éxito es que vende libros de TODAS las editoriales. Es decir: de sus competidores. Por una razón muy simple: NO ES UNA EDITORIAL. No se firman contratos ni se pide exclusividad, excepto de unos pocos tres meses en el caso de aceptar el KDP Select que, además, beneficia al escritor porque le permite promocionar sus novelas gratis.
Mientras las editoriales se rompen la cabeza tratando de encontrar una salida a este nudo georgiano en que se ha convertido Amazon, porque se ven obligadas a vender a través de ella reduciendo de esta manera sus ganancias y compitiendo con ellas mismas, pues saben que la gente prefiere comprar en línea en lugar de pasearse por las librerías enfrentándose al tráfico, al amontonamiento, al no poder leer con tranquilidad los primeros capítulos, y muchas otras cosas, se van dando cuenta que cada día van perdiendo espacio en el mundo de los lectores, que era su principal fuente de ingresos. Y empiezan a tomar conciencia de que los que ofrecían la materia prima, es decir: los escritores, cada vez están menos propensos a firmar contratos que, en caso de no tener suerte, los esclavizarían por muchos años. 
Contratan entonces a "especialistas" para que definan qué es un bestseller, y cómo hacerse de un par de ellos, o también acuden a las listas de Amazon para fijarse quiénes son los que más venden para saber cuál es la "tendencia" de moda, para de esta manera revisar los manuscritos que les llegan y elegir al que consideran más parecido a los que están en los primeros lugares del top 100. No se fijan en los más vendidos de la lista del New York Times, no, señor. Esos ya tienen "dueños". Ahora se fijan en la de Jeff Bezos. Y algunas veces logran su cometido. Para ser francos, la mayoría de las veces, pues al fin y al cabo, los escritores están ávidos de tener sus libros bajo un sello editorial para sentirse "más escritores". El resultado sigue siendo un evento azaroso. Nunca sabrán si hicieron bien o mal. Ninguno de los dos. Para una editorial puede que la venta de unos cuantos miles en digital no signifique absolutamente nada, ellas están acostumbradas al papel. Y si una novela no sobrepasa mínimo los 50.000 ejemplares vendidos será casi un fracaso. 
¿Y cuántos de estos escritores independientes podrán sobrepasar esa cantidad? Muy pocos, y eso lo saben las editoriales, pero siguen tratando, para ver si la pegan. Es decir, como siempre. No ha cambiado mucho el panorama en ese sentido para ellas, pero para el autor independiente sí. Pues si no se convierte en un éxito pierde los derechos de su novela por un lapso de cinco o siete años al firmar con una editorial.
Sin embargo, los independientes que siguen en Amazon y apostaron por ellos mismos tienen muchas armas en la mano: pueden cambiar la portada, mejorar el contenido, promocionar sus novelas de manera creativa, y si se trata de vender en papel para los que todavía añoran el "tacto" de los árboles convertidos en pulpa blanqueada, Jeff Bezos creó una sociedad con CreateSpace, que con la misma eficiencia que la versión digital, convierte el manuscrito en un hermoso ejemplar en papel, con portada y distribución internacional, sin mediar contratos de exclusividad. 
Es curioso que la mayoría de los lectores y muchos escritores ignoren que se puede publicar en Amazon también en papel. Y eso no es todo. Parece que en un futuro próximo existirán librerías físicas Amazon, en donde se podrán vender estos ejemplares y también enterarse de las novedades digitales. Obviamente al lado de lo último en tecnología digital Kindle.
Hasta ahora no hay una editorial que haya podido competir con Amazon en este aspecto. Existe el Nook de Barnes & Noble (que facturó en el 2013 menos que en el 2012, está el Kobo Touch de Kobo, el Tagus de Planeta de Libros, el Ipad, etc., pero ninguno iguala la practicidad en la compra y lectura de libros que el Kindle. Primero, porque no todos los escritores deciden publicar por otras plataformas, saben que la que más visibilidad tiene es Amazon. Y segundo: el trato, la transparencia en las cuentas, la rapidez, facilidad y su organización son insuperables.
Pero volviendo a los “especialistas” en encontrar la fórmula del best seller, quiero decirles que no existe una fórmula como tal. Es decir, no la pueden fabricar, solo tienen que hacer uso de los que ya tienen en plantilla, que a la larga tendrán que renovar, es ley de vida.
Hoy en día es más difícil que nunca ser un best seller. Como comentaba en el blog de José Luis Palma, un escritor amigo, es más difícil porque debemos competir no solo con otros escritores; también con el cine, la televisión y los videojuegos. Por no hablar de los talk shows, ante los que millones de potenciales lectores se hipnotizan y pierden la noción del tiempo y el espacio.
De manera que en cierta forma, un libro para que se convierta en superventas hoy en día debe tener no el clásico “planteamiento, nudo y desenlace”, no, señor. Ahora la novela debe tener más de un planteamiento, unos cuantos nudos, tener mucha acción, rapidez, diálogos cortos e ingeniosos y un desenlace impecable que desate todos los nudos que fuimos capaces de hacer.  Es que los tiempos han cambiado. La gente también. La tecnología nos ha convertido en seres no tanto mediáticos, como “inmediáticos”; un nuevo término que significa “dícese de la persona que requiere las cosas con inmediatez” (BM).
No niego que todavía deben quedar legiones de lectores que se solacen con las descripciones de la puesta de sol o las arenas del tiempo, pero cada día serán los menos. Es un dato que les doy de manera gratuita y sin egoísmos.
Así que, ¡bienvenido 2014, creo que será fructífero para los autoescritores!
¡Hasta la próxima, amigos!Blanca Miosi

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