A final de todos los años hago un balance para contar qué cosas me han ocurrido, cómo ha sido mi año y las emociones y sensaciones que he tenido. Para mi es un recuerdo muy importante, y aunque este año casi se me escapa, aquí estoy.
2018 siguió siendo un año de cambios, de afrontar nuevos retos, y de desear con todas mis fuerzas hacer algo productivo que me completara como persona. Aunque ha habido algún bache en el camino, para mi ha sido un año de ascenso. Esa sería la palabra para describirlo. Me he armado de valor para decir y hacer muchas cosas que no me atrevía, he superado obstáculos, miedos y situaciones desagradables, y me he dado cuenta de que decir lo que uno piensa no es nada malo. Se han sumado a mi camino personas increíbles, y he hecho lazos todavía más fuertes con personas que realmente lo merecen. Me he dado cuenta qué es realmente una amistad, también qué es tener a alguien a tu lado siempre. Incondicionalmente. Y de eso no puedo estar más agradecida. Me leí un libro que me cambió parte de mi manera de pensar y que me motivó a relativizar todo, aunque aún no lo consiga hacer cada día. Me di caprichos y empecé a valorar más los objetos materiales que tenía pero a dejar de darles la importancia que supuestamente tienen. He ido a eventos increíbles con gente maravillosa y he hecho colaboraciones (pocas, pero bonitas) que me han dado la oportunidad de hacer cosas diferentes en este año.
Terminé una etapa de mi vida y empecé con otra también preciosa. Me sentí un poco más de una familia que no era la mía y disfruté de momentos increíbles. Una cosa muy importante que he hecho este año ha sido valorar el tiempo. Ese puñetero tiempo que vuela y que se nos escapa de las manos, ese que quiero seguir aprendiendo a administrar para que no se me escape ni un poco más. He conocido a mucha gente nueva. Me he reencontrado con gente que hacía mucho tiempo que no veía, y eso me ha ayudado a crecer.
En mi opinión, vamos en aumento, en ascenso, pero siempre hacia algo mejor. Con la felicidad de tener a alguien siempre a mi lado, de intentar encontrar ese equilibrio tan ansiado y tan necesario. Pero lo bueno es que siento que cada vez está más cerca, solo hace falta ese valioso tiempo. Así que sí, este año he ascendido de categoría en la vida.
Que vuestro 2019 sea un año más de superación personal, y que llenéis de cariño y de amor a todas esas personas que cada día os hacen felices.
La chica de la sonrisa infinita