Revista Diario

21 Cosas de Alemania sin las que ya no Podría Vivir

Publicado el 20 noviembre 2017 por Alba Coll

Hoy por fin me puedo sumar a la propuesta que Marta de La Libreta Roja hizo a finales de octubre. Si sigues diversos blogs sobre vida en Alemania ya sabrás de qué estoy hablando porque casi todos nos hemos unido a la fiesta, pero por si a caso no lo sabes te explico.

Diversos bloggers nos hemos sumado a la Blogparade, que consiste en escribir sobre un tema que tengamos en común. Entre todos y todas votamos que nos apetecía hablar sobre las cosas que echaríamos de menos si alguna vez volviéramos a nuestros países de origen.

Este tema me pareció muy acertado, porque considero que en el momento en el que empiezas a vivir en otro país ya no puedes volver atrás. Es inevitable que partes de la cultura de este país de origen te arropen y entren a formar parte de ti. También el mero hecho de vivir en el extranjero te aporta una actitud y una manera de ver el mundo que jamás podrías adquirir de otro modo. Y estoy segura de que echaría muchísimo de menos una gran cantidad de aspectos que Alemania me aporta en estos momentos.

Y de tantos aspectos he escogido 21. No creas que me ha costado demasiado hacer esta lista, más bien he parado de escribir porque no quería llegar aun post de cuatro mil caracteres. Será que me gusta vivir en Alemania.

¿Qué echaría de menos si me fuera de Alemania?

¿Zumo de manzana con gas? ¡Dame mil!

2. La felicidad de la gente cuando hace sol

Cuando abril empieza, las florecillas nacen y la gente sale a tostarse al sol... aix... Solo en un lugar donde el invierno es frío se puede disfrutar tanto del buen tiempo.

Jedes! Verdammte! Mal! 💸 💸 💸 pic.twitter.com/oQaL3UdSOP

- BuzzFeed Deutschland (@BuzzFeedGermany) 13 de novembre de 2017

Mi favorito es DM, pero tengo que decir que Rossmann tampoco se queda corto. Droguerías donde puedes encontrar de todo, a super buen precio y de muy buena calidad. Lo único malo: siempre acabo gastando más de la cuenta.

Soy una pesada con este tema, lo sé. No es la primera vez que comento esto en el blog, pero es que adoro el silencio de los trenes, las calles sin demasiada gente y el no tener que estar pendiente del bolso a cada instante porque no sufro de que me roben.

Como Düsseldorf es una ciudad pequeña y repleta de zonas verdes la contaminación se disuelve mucho y se nota que el aire es muy puro. Cada vez que vuelvo a Barcelona siento que me cuesta respirar. Esto es algo que definitivamente echaría de menos.

6. Tener parques por todas partes

En Alemania hay una ley que obliga a que haya zonas verdes a cada cierta distancia. Eso hace que sean las ciudades verdes y repletas de parques. A mi esto me encanta porque puedo salir a desconectar del asfalto a diez minutos de casa. Y eso en Barcelona es impensable.

7. Estar inmersa en otro idioma y cultura

El hecho de que todo lo que pasa fuera de tu casa sea en un idioma extranjero puede resultar estresante al principio, pero a la que te acostumbras resulta hasta placentero. Poder hablar distintos idiomas diariamente me mantiene activa, y esto es algo que en mi ciudad natal no podría hacer tan fácilmente.

8. Conocer a gente de muchas partes del mundo

Vivir fuera de tu país te da la oportunidad de conocer a gente de muchas partes del planeta que tienen una cultura muy distinta a la tuya. Viviendo en Barcelona esto sería mucho más complicado, porque ya tendría mi círculo de gente montado y no buscaría nuevas amistades. Esta riqueza cultural es algo que amo de mi vida en Alemania y que sin duda echaría de menos.

9. Tener excusa para quedarme en casa

Que llueva y haga frío no es siempre una catástrofe. A mi me encanta quedarme en casa con mi taza de té leyendo o jugando a videojuegos mientras escucho la lluvia caer.

Calentitos y recién salidos del horno. ¿Qué haría yo sin esto?

En este post os expliqué detalladamente cuáles son los derechos laborales en Alemania. Como trabajadora en este país me siento muy apoyada por la ley y sé que mis derechos se respetarán hasta el más mínimo detalle. Es más, si veo que hay algo que se está incumpliendo de mi contrato sé que puedo comentarlo sin armar ningún alboroto y que se solucionará fácilmente.

En Barcelona pasaba de un contrato insuficiente a otro y mis derechos se veían pisoteados cada dos por tres. Esta tranquilidad de saber que te respetan en el trabajo y que si no te gusta puedes irte y encontrar algo mejor es gloria para mí.

12. Poder quejarme tranquilamente en un restaurante

Tanto por lo que respecta al trabajo como en cualquier otro caso. Los alemanes dicen las cosas muy claramente y por su nombre, con lo que me he acostumbrado a hacerlo yo misma. Sé que si en un comercio o restaurante no me atienden demasiado bien o el producto no es el corre to, me puedo quejar y me van a escuchar. En cambio en mi país sé que se pondrán a la defensiva y que no va a ser una conversación fácil.

13. Poder trabajar como autónoma fácilmente

Un poco siguiendo la misma línea de los derechos laborales, en Alemania ser autónoma es mucho más fácil que en España. Yo misma me registré como freelance sin tener proyectos a la vista, ya que no necesito pagar ninguna cuota hasta llegar a cierto número de ingresos. Esto me da una libertad de poder llegar a vivir de lo que me gusta que es prácticamente imposible de encontrar en Barcelona.

14. Que los impuestos que pago se vean recompensados

Ya he abierto el melón de los impuestos. Sí, en Alemania se paga una cantidad de impuestos inhumana, pero personalmente no me molesta hacerlo. Y no me molesta porque sé que este dinero no se destina a los bolsillos del politicucho de turno, sino que se reflejan en una buena sanidad pública, educación, carreteras y todo tipo de infraestructuras. Si volviera pagaría menos impuestos, pero lo haría a regañadientes porque sé que este dinero jamás me sería devuelto.

La magia que desprende Alemania durante la época de adviento es irremplazable. Bueno, por el turrón quizás. Pero como no falto a casa por Navidad, no es algo que eche en falta actualmente.

Mucha gente se queja de que el café de filtro alemán es insulso. Pero aquí la que os habla prefiere un café alemán con un trozo de tarta casera que un cortado a secas. Y es que los pasteles hechos a mano se encuentran aquí en todas las cafeterías. Supongo que si volviera cambiaría esto por las patatas bravas y una Estrella Damm, que tampoco estaría tan mal.

17. Vivir en pleno centro de Europa

Düsseldorf está muy al centro de Europa, con lo que en tres horas te puedes plantar en Bruselas o en Amsterdam, y lo tienes muy fácil para escaparte un fin de semana a un lugar interesante. Catalunya tiene también sitios maravillosos, pero si me apeteciera viajar a cualquier destino europeo lo tendría más complicado que ahora.

18. Poder permitirme un piso grande

Esto no es extendible a toda Alemania ni a toda España. Pero teniendo en cuenta que vengo de Barcelona y vivo en Düsseldorf, la diferencia de precios en la vivienda es abismal. A parte, mi sueldo es el doble de alto de lo que sería en Barcelona, con lo que si en algún momento volviera tendría que conformarme con un piso mucho más pequeño.

Vale, la Estrella Damm y la Moritz no están mal si se sirven fresquitas, pero nada comparado con la Altbier de Düsseldorf -sobretodo la Kürzer-, la gran variedad de Pils y de Weizenbier. Eso por no hablar de la gran cantidad Brauerei, donde hacen la cerveza ahí mismo y les sale exquisita. Y a todo esto la cerveza es más barata que el agua en cualquier restaurante. Supera esto, Barcelona.

20. No tener que hablar con compañeros si no me apetece

Vale, sí, muchas veces los alemanes son fríos y no te están hablando cada dos por tres. Bueno, llamadme antisocial si queréis, pero hay algunos días -sobretodo en el trabajo- en los que me apetece estar a mis cosas y no charlar con nadie. Momentos en los que necesito mi espacio. En Alemania tengo la sensación de que esto se respeta, y si volviera a Barcelona tendría que hablar por hablar constantemente, y no siempre apetece.

21. Echar de menos Barcelona

El propio hecho de estar lejos de mi ciudad y mis seres queridos me lleva a enfocar sobretodo las cosas buenas de mi tierra natal. Y lo que me gusta de esto es que al volver a casa lo retomo todo con mucho amor y entusiasmo, cosa que de vivir allí mismo no haría. Y sí, echaría de menos echar de menos.

Y tú, ¿Qué echarías de menos de tu país de residencia si volvieras a casa?

Si tienes un blog y te apetece participar en la Blogparade solo tienes que escribir un post con esta temática antes del 30 de noviembre. Si te animas házmelo saber, que me ilusiona haber animado a alguien a unirse a la iniciativa!


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