Ir en tu auto es la muerte de mi alma.
Hace un año atrás había prometido que no iba a subirme nunca más, que no te iba a permitir nunca más sentarte tan cerca de mí. Pero aquí estoy. Mirándote de reojo y tratando de adivinar qué es lo que sentís si es que sentís algo.
¿Qué sentís?
Ya no puedo preguntarte nada.
Pero quiero.
Esto es siempre lo mismo.Siempre lo mismo.No crezco más.