La segunda mesa fue abierta por Carlos X. Ardavín («Los prólogos de Francisco Umbral»). Umbral consideraba el cuento como más próximo a la poesía que a la novela. No es tan importante lo que cuente como el modo con que lo cuenta. Según Carlos X. Ardavín, «el cuento para Umbral sería un experimento en el vacío». Umbral divide a las novelas en «novela estrófica» o lírica, que la representan Proust y Delibes en La hoja roja; y «novela de multitudes, a la que pertenecen Cela y John Dos Passos. En segundo lugar, Gaspar Garrote («Umbral durante la “Santa Transición”: su “funesta manía de leer»). Umbral tuvo una intensa actividad en Hermano lobo. Sus artículos son como manuales de literatura. Recorre la sociedad española y la literatura nacional e internacional en sus textos. Por último, se leyó la ponencia de Christian Manco («La derechona»). La derechona es una parodia sobre la gestión política del Partido Popular, con un tratamiento estético, que explota los juegos del lenguaje, las comparaciones entre personajes reales y literarios y el humor.
La última ponencia del congreso corrió a cargo de Pilar Palomo («De dandys y malditos»). Comentó la presencia de Proust, de los malditos de Verlaine y Baudelaire en Umbral. Al último le toma como modelo de escritura. En Las ninfas se repite la siguiente frase: «Hay que ser sublime sin interrupción», inspirada en Baudelaire. El dandy debe crearse una imagen propia, al margen de lo establecido. Se puede apreciar que los autores que más interesaron a Umbral fueron dandys. Aquellos que se crearon a sí mismos como personajes, que vivieron para y por la literatura.Según Umbral, «escribir es someter el mundo a sintaxis».
Para concluir, diré que este congreso me ha hecho valorar más la obra de Umbral porque, por citas y referencias, intuyo que Umbral es un referente como artista refinado y como maestro de escritores.