Revista Diario

24: El Papayo que quiso vivir

Publicado el 12 agosto 2012 por 160

24: El Papayo que quiso vivirHoy me quedé solo en casa después de mucho tiempo. Decidí quedarme pues mis padres tenían un almuerzo con unos familiares y yo ando algo resfriado, así que no me quería exponer más a este clima intenso que esta sintiéndose por estos días en Lima. La casa se quedaría solo para mí.
Hace unos minutos, estuve atándome las zapatillas para sacar a pasear a mis perros, cuando de pronto me di cuenta de un detalle que no había advertido hasta el día de hoy. El lugar donde tengo escondida mi máquina del tiempo, a un metro bajo tierra, ahora tenía un nuevo inquilino.
13 años atrás, mientras remodelaban el patio de mi casa con la idea de hacer un bonito jardín, papá decidió comprar tierra de un vivero para lograr rápidamente hacer florecer ese desértico espacio. La colocó él mismo durante un día entero, y plantó emocionado, todo tipo de flores, pero no sabíamos qué pasaba pues la tierra siempre tendía a solidificarse cual piedra. Era arcillosa, aunque demasiado compacta, casi casi parecía cemento. Todas las plantas se murieron y cada vez que poníamos grass o alguna otra plantita, siempre corrían la misma suerte. Era prácticamente tierra muerta, por más de que hacíamos todos los intentos posibles porque nuestro jardín se haga realidad.
Mi padre no es muy paciente, así que dejó todo de lado tan pronto como se dio cuenta que era imposible que surja algo allí. Mi madre en cambio, procuraba de vez en cuando remover la tierra y echarle abono, a fin de lograr que se vuelva más suavecita y las plantas puedan sobrevivir. Pero también muy pronto se rindió y simplemente compró maceteros y los colocó estratégicamente, a fin de simular el jardín soñado. Desde ese momento, siempre nos decíamos que compraríamos tierra nueva y botaríamos la mala, pero por uno u otro motivo, nunca lo hacíamos.

24: El Papayo que quiso vivir

Él y Yo

Sin darme cuenta ya han pasado más de 12 años desde que pusimos esa tierra infértil en nuestro jardín, y el día de hoy, asomabrado, descubrí frente a mí a un joven y robusto Papayo creciendo firme en ese terreno que parecía indomable. El tiempo ha hecho que dejemos de preocuparnos por cómo se ve el jardín y probablemente nadie había advertido que ese papayo estaba dando una dura batalla por sobrevivir.
Pero miren qué caprichosa es la vida que justo el bendito Papayo crece exactamente sobre el lugar en el cual escondí mi pasado y escribí mi futuro.
Como saben, el 27 de diciembre de este año, voy a abrir mi máquina del tiempo, la cual no es otra cosa que una caja de cartón en la cual he guardado mis más tristes y a la vez preciados recuerdos, junto a promesas que me propuse cumplir desde los 14 años en un momento en el cual la tierra que pisaba era agreste y plagada de malas hierbas.
 ¿Cómo podré desenterrar mi pasado, sin tener que arrancar de raíz una vida que ha luchado tanto por continuar? Ambos somos sobrevivientes, así que tendré que buscar ayuda para lograr desenterrar mis sueños sin acabar con los suyos, porque ambos tenemos muchas ganas de vivir, y una vez más, el que éste Papayo haya decidido nacer de mis recuerdos, no es algo casual.

141 antes de ti: El papayo valiente (Mientras más veces te caguen los pajaritos, más fuerte te harás... creeme.)

24: El Papayo que quiso vivir

Limpiándolo...


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