#31 LA TRASTIENDA DEL ANTICUARIO de Carmen Fernández del Barrio

Publicado el 18 enero 2013 por Anuca @ideaspalabras

La Taberna de Cato es el punto de reunión de la gente del pueblo. Día tras día su dueño, de corazón noble, sirve el vino y escucha las venturas y desventuras de sus clientes y amigos con devoción y cariño. Un día, recibe la visita de un extraño que, sabiéndole la persona perfecta, le encomienda una misión a cambio de retrasar su muerte hasta el momento en que se dé por cumplida. A partir de entonces, la taberna pasará a convertirse en un anticuario en el que los objetos no son lo que parecen, y Cato dejará de servir “pintas” para transformarse en la mano derecha del… ¿destino?, ¿de algún emisario de Dios o él mismo en persona? ¿Quién era ese foráneo?

«—Sean los favorecidos por mí, los que gustan de llamarme por el nombre de suerte, otros prefieren atribuirse parte del mérito, refiriéndose estos a mis actos como lo ya escrito y en caso de encontrarse en algún lugar, quién ha sido el escribiente de lo que ellos llaman destino. Los hay, porque ha de haber de todo, que creen en mí y hacen de tal credo, religión, aguardando recostados en su vagancia el día que he de iluminarles y contrario a esto, los hay que no me creen más que mera coincidencia, estar en el lugar correcto a la hora debida”»¿Será Cato capaz de realizar su cometido? «Cato se entregó con noble candidez a las efervescencias de su mente, pues colmado de agradecimiento por la elección de su persona para tan principal labor y ante la desazón que conlleva toda actividad que se ha de realizar por primera vez, su viejo corazón latía al ritmo que le marcaba el desconcierto»LA TRASTIENDA DEL ANTICUARIO ha sido ante todo y sobre todo una muestra de que aún, hoy en día, se pueden encontrar agujas que bordan a imagen y semejanza de los clásicos de nuestra literatura. Sumergirme en su lectura ha sido impregnarme de un regusto a prosa castellana de otro tiempo y no puedo más que felicitar a Carmen Fernández del Barrio por ello. “Coser” siempre es complicado, pero hacerlo cuidando de tal manera la estética de las puntadas la armonía de los colores… lo es aún más.Desconocía el estilo en el que estaba escrita esta historia así que la sorpresa me la llevé ya en el primer párrafo. Aún tratándose de una novela corta, he tardado un poquito más en leerla, y no porque su argumento no me resultara entretenido sino por lo poco acostumbrados que al final estamos la mayoría de los lectores a que uno de los atractivos de una novela sea, independientemente de su temática, la forma en que están tejidas las palabras que la contienen. Para que os hagáis una idea de a lo que me estoy refiriendo, los “retales” que os propongo hablarán por sí solos.Pero si es imposible reseñar LA TRASTIENDA DEL ANTICUARIO sin hacer alusión a su prosa, para mí también lo es no hablaros de Cato. Nuestro protagonista despierta tanta ternura que no puedo más que destacarlo como uno de esos personajes al que acompañas con gusto a través de las páginas del libro, y también de esos por los que debido al cariño que te roban descargas alguna lagrimilla. Representa la humanidad, la solidaridad, el compromiso... todos los calificativos que puede atesorar un buen hombre.En definitiva...Una presentación de nuestros hombres clave (Cato y el extraño que le visita), cuatro objetos, cuatros historias y un desenlace. Todo ello ambientado en Guadix, provincia de Granada. Y no, esta no es una novela de acción trepidante y enigmas complejos. No busquéis nada de todo lo que parece estar en primera línea del escaparate actualmente, sólo disfrutad de la humanidad que despiertan sus personajes y también de la maldad... codicia... ambición... que desbordan otros, así como del pequeño viaje al pasado que nos regala la que bajo mi punto de vista tiene una maravillosa forma de escribir: Carmen Fernández del Barrio«El cielo de la noche, se vio cubierto de imprevistas nubes que nada hubiese hecho adivinar su ahora presencia durante el despejado y soleado día, tan densas eran que apenas se acertaba a creer que pudiese haber una cúpula estrellada tras ellas»
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«—Haríamos mal creyendo todo lo que nos quiera contar, no es más culpable el autor que miente que el lector que toma sus mentiras como legítimas verdades»
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«Los cúmulos que cubrían el cielo parecían estar imitando las mejillas arreboladas de una enamorada doncella, pues se dejaron tintar por los reflejos ardientes que el astro rey dejaba tras de sí en su lánguido adiós; irradiándose a su vez la estación de La Calahorra del cálido grana que parecía estar acariciándola. Los campos de trigo, cual mar de fuego, encrestado en olas mansas ante las zalamerías de la brisa, mostrando sus espigas, como pulcras lenguas de fuego que ardían emulando el fulgor rojizo y exaltado de las cúspides de Sierra Nevada»
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 «No te pierdas en buscar explicaciones, que han de llegar sin el quebranto de la razón»
LA TRASTIENDA DEL ANTICUARIOCarmen Fernández del Barrio






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Muchísimas gracias a Carmen Fernández del Barrio por hacerme llegar su novela