Redacción
BBC Mundo
En América Latina hay mucha gente que necesita cuidado médico y también mucha gente que tiene teléfono celular. Conectar esos dos hechos puede salvar innumerables vidas.
Por ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está fomentando proyectos en varios países de América Latina que utilizan el potencial de la tecnología móvil para prestar servicios de salud. Y no es el único, también el Instituto Carlos Slim de la Salud en México está involucrado en proyectos de este tipo.
Los que los inspiró es que, según el BID, hay casi 400 millones de personas en América Latina y el Caribe que tienen un teléfono móvil.
Y, en una región en la que el control y la administración de la salud pública frecuentemente enfrenta dificultades que incluyen la lejanía de los centros de atención, el costo que implica desplazarse a estos o la falla en los sistemas de transferencia de datos médicos, la idea de explotar esta tecnología en aras de la salud pública es bienvenida.
Ciudadano Móvil
Recientemente, el banco lanzó el llamado Programa Ciudadano Móvil para el auspicio de proyectos con miras a prestar servicios en base a celulares, teniendo en cuenta las agudas limitaciones sociales y económicas de la región.
Entretanto, el Instituto Carlos Slim de la Salud, en México, ha incorporado la tecnología móvil de varias maneras para aumentar el acceso e interacción de programas de atención, control y prevención.
Para uno de los programas, destinado a combatir el incremento de la diabetes en la población, se creó una especie de diario, el "Diabediario", que le recuerda al paciente sobre el uso disciplinado de medicamentos y asiste en el control de indicadores clave como el peso, presión arterial y niveles de glucosa.
Otro está dedicado al fomento de una vida sana con mensajes por vía celular que estimulan el control de peso y la reducción de hábitos dañinos como el tabaquismo.
También hay un programa similar que aborda las enfermedades infecciosas, especialmente el VIH/Sida.
Ayudando a ser mamá
El BID, por su parte, está examinando diferentes experiencias en varios países para medir el impacto en las personas y el costo-beneficio en el sistema de salud, de la aplicación de celulares.
En Argentina, por ejemplo, se desarrolla una aplicación para la detección temprana y reacción inmediata ante focos de dengue y chagas.
Rafael Anta, especialista en tecnologías de información y comunicación del BID, a cargo del programa Ciudadano Móvil, le dijo a BBC Mundo que se intenta reducir el tiempo entre la detección de un foco de dengue y las medidas eventuales para controlarlo, que puede durar meses, para cuando el contagio ya se ha multiplicado.
"El dato de que hay un foco se hace sobre el móvil directamente para reportarlo a un centro de control que puede estar en Buenos Aires u otra ciudad", explicó Anta. "Puede ser un tema de sólo horas o minutos y pueden reaccionar y poner los mecanismos oportunos para acudir al foco de dengue y mitigarlo".
En Perú se desarrolla una aplicación para el cuidado de las madres jóvenes y la salud materno infantil y una vez que nace el bebe, su cuidado en los primeros meses.
De acuerdo con Rafael Anta, el programa empieza a interactuar con la madre embarazada con tres tipos de mensajes de texto: educativos, con respecto a la alimentación e higiene; informativos, según avanza el embarazo para recordar citas médicas; y preventivos, según la condición de la paciente y los resultados de los exámenes para indicarle qué acciones debe tomar.
"Son los mensajes que queremos dar para que la gente pueda tener mayor responsabilidad sobre su condición y sobre todo influir en una cultura preventiva de la salud", afirmó el funcionario del BID.
Cuando saber es indispensable
También en Chile se desarrolla un programa para el cuidado a distancia de enfermos de diabetes tipo 2, que es una enfermedad muy complicada y que mucha gente no reconoce cuando la padece al principio.
El problema en Chile se da cuando las personas sospechosas de tener diabetes entran en un protocolo para diagnosticar la enfermedad y abandonan los chequeos. Anta señala que hay 50% de deserción y pueden pasar dos o tres años antes de caer en cuenta que tienen diabetes.
"Ese tiempo que pasa en que una persona es diabética y no lo sabe, tiene un efecto más severo en la condición de la enfermedad crónica y en el costo para el sistema sanitario", concluye.
Con el móvil, se empieza interactuar con el paciente por mensajes y vía llamadas para que ésta siga el protocolo, sometiéndose los exámenes médicos y asistiendo al centro de salud con los resultados.
Si se confirma que la persona es diabética, por el móvil se le da un seguimiento cercano para que tenga adherencia a los medicamentos que debe tomar.
La tecnología existe hace más de 4 a 5 años para ofrecer cualquier tipo de interacción paciente medico. Lo que el BID pretende promover es que los sistemas públicos de salud la incorporen en su agenda con alta prioridad.
Cuando los programas lleven un tiempo funcionando se harán evaluaciones de impacto y costo-beneficio, con lo que informarán a los respectivos Ministerios de Salud.
Potencial futuro
Rafael Anta prevé un gran futuro para el uso de la tecnología celular en la salud basado en lo que ya se ha establecido en otros países.
"Se han diseñado teléfonos que pueden medir las condiciones de una mujer embarazada y pueden hacerle un escáner al feto", asegura.
Dice además que "un electrocardiograma se puede enviar por teléfono móvil. También esta ocurriendo mucho que se hacen análisis clínicos que se envían a otro país, se traduce la imagen en un informe clínico y vuelve al paciente".
En España ya hay un hospital que funciona totalmente sin papel, donde la información entra automáticamente en sistemas electrónicos que se comparte con los teléfonos de médicos y pacientes.
El sistema ayuda a disminuir el embotellamiento de personas en urgencias así como el tiempo de espera en estas salas, distribuyendo el tráfico de pacientes entre distintas unidades y distinguiendo entre quién necesita atención inmediata y quién puede ser diagnosticado por teléfono.
Inclusive se mejora la eficiencia en el uso de las salas de operación y las camas de los hospitales, permitiendo a los médicos saber qué quirófano está disponible y dar de alta a los pacientes a través de un mensaje de texto.