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Publicado el 30 noviembre 2011 por Kar

Hoy es mi cumpleaños. Sí, amigos y amigas, 32 castañas que me caen. En realidad esto lo hago para recibir un puñado de felicitaciones online, porque el otro día oculté la fecha de nacimiento de mi perfil de Facebook, jodiendo así la vida de mis amigos desmemoriados. O de los que dicen serlo. Desmemoriados, no amigos. Cosas de ser 30 de noviembre. Sagitario. Un signo de fuego, me han dicho hoy. Huy, sí, un fuego de la hostia. Eso sí, cuando era un chavalín, molaba ser del mismo signo que Seiya, el de los Caballeros del Zodíaco. 

Tipos en armadura con personalidades basadas en signos del Zodíaco que se hostian... y luego se preguntarán por qué hay matanzas adolescentes en los institutos...

El término resulta interesante. Si buscamos en el diccionario el significado de “cumplir”, hay varias acepciones que encajan:

cumplir1. tr. Ejecutar, llevar a efecto algo.2. Dicho de la edad, llegar a tener aquella que se indica o un número cabal de años o meses. 3. intr. Quedar bien4. Acabar el tiempo señalado para algo.Veamos, la número 2 parecería la más adecuada para este caso. Me encanta eso de “un número cabal”... nada de gilipolleces, un número como Dios manda. Y sin embargo, si miramos la número 1, bueno, estoy ejecutando o llevando a efecto un período de tiempo más en mi vida. Lo cuál nos lleva fácilmente a la número 3, quedar bien... ok, si no cumpliera más años, no veas el disgusto que se llevaría mi madre. No obstante, probablemente sea la acepción número 4 la más realista. La realidad, o la estadística, que a menudo pueden ser lo mismo, te indican que cumplir un año más, es acercarse un poco más a la muerte. Si te llamabas Johnny Thunders y es 1986, cumplir un año más resulta, simplemente, un milagro. No es el caso. La muerte, menuda jodienda. Aquellos que no temen a la muerte, o son unos pusilánimes, o, simplemente, mienten. La muerte... qué harían las religiones sin la muerte. La muerte resulta algo tan difícil de asumir por el ser humano que necesita inventarse de deidades que justifiquen, o incluso intenten dulcificar este asunto.

Entrada de concierto de Johnny Thunders en la desaparecida Studio 54 de Barcelona, 1986. Mil pesetazas de entonces era un dinerillo.

Por si acaso, yo ya tengo pensado qué canción quiero que suene en mi funeral. No os la voy a revelar, no seáis morbosos. Está bien que ahora en los funerales se haya normalizado esto de poner una canción que recuerde el finado, o que él mismo hubiera predispuesto. Preferentemente en vida. No como esa moda horrorosa de aplaudir en un funeral, al paso del féretro, como si fuera Jesulín de Ubrique.  Volviendo a las canciones, Internet está llena de listas Top Ten Funeral. Algunas de gusto dudoso, otras, curiosas, no más.

Si obviamos las piezas de clásica o ciertas arias operísticas, el mundo de la música “ligera” (me encanta este término) nos ofrece un amplio abanico. Un básico es “My Way” del grandísimo Frank Sinatra. Algo sobado, pero funciona. Canciones de corte religioso también triunfan, como “Hallellujah” de Leonard Cohen. Luego nos ponemos en plan baboso, con “Tears In Heaven”, “Candle in the Wind” o “Memory” de Barbra Streisand. Estas listas suelen ser de webs yanquis o británicas, estas modas, en la piel de toro, están menos extendidas. Y mejor, cualquier día alguien querría hacer sonar “Marinero de Luces” y todo perdería su sentido.No parece que ninguna de estas opciones me convenzan demasiado.  Pero estoy con Nick Hornby y su “Alta Fidelidad”, donde en lo alto de su top 3 para un funeral situaba a Jimmy Cliff y su “Many Rivers To Cross”. Bonita sin ser babosa. Incluso con un punto relajante como para una situación que se supone debe ser poco agradable. Para los espectadores, no para el protagonista. Yo estoy también con los que deciden hacer sonar “Highway To Hell”. Al final, polvo somos y en polvo nos convertiremos. Espero que alguien pase el aspirador después.Canciones:The La's: “There She Goes”Buenas Noches Rose: “Buenas Noches Rose”The Replacements: “Unsatisfied”