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(345) teniéndole miedo al smartphone

Publicado el 26 diciembre 2011 por Irismilano
(345)  TENIÉNDOLE  MIEDO  AL  SMARTPHONE

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Es totalmente racional preocuparse por el seguimiento que los teléfonos inteligentes hacen de la actividad que uno realiza. No se trata de tal o cual compañía, sino de una colaboración generalizada de toda la industria que demuestra lo increíblemente poco que vale la privacidad.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).

Cada vez quedan menos dudas: los teléfonos móviles actuales son el Gran Hermano. Nos están observando. Todo el tiempo, todos nuestros movimientos.
Si uno ha configurado recientemente un nuevo teléfono móvil -un smartphone- probablemente se haya topado con una inocente petición acompañada de un dulce sonido requiriéndole “usar su información”. Probablemente, el teléfono le haya asegurado que recogería los datos “de manera anónima", y que los enviaría a la prestadora del servicio o al fabricante del teléfono para "mejorar su servicio".

En teoría, esto suena más que razonable.

Si se cortaran las comunicaciones cuando se está en el trabajo ¿no querría uno que ese problema fuera informado?

Si resulta que todos los teléfonos de los compañeros del mismo trabajo también pierden sus llamadas, tal vez la compañía se de cuenta de que tiene un agujero en su red y trate de solucionar el problema.

Por esta razón, no son pocos los que permiten a sus teléfonos realizar tareas de diagnóstico e incluso llegan a considerarlo como una especie de deber cívico, de obligación moral con la comunidad tecnológica con la que conviven y se relacionan.
El problema con ese tipo de diagnósticos y monitoreos es que las compañías telefónicas no dicen cómo lo hacen.

¿Qué tipo de información recogen de los teléfonos? ¿Con qué frecuencia? ¿Qué hacen para asegurarse de que los datos no sean identificados?

Durante las últimas semanas, algunas respuestas a estas preguntas han visto la luz y no son buenas nuevas. Nos lo cuenta Slate.
Trevor Eckhart, de 25 años de edad, administrador de sistemas de software en Connecticut, publicó documentos internos y un video que asusta, para demostrar lo que nuestros teléfonos saben de nosotros.

Eckhart expuso las capacidades de Carrier IQ, una empresa que fabrica software utilizado por varias compañías y empresas de telefonía para obtener "conocimiento de la experiencia de sus clientes móviles", según la descripción de la misma empresa.

El software de Carrier IQ, completamente oculto para los usuarios (y que podría seguir activo aún si usted opta por no activar el control de diagnóstico de su teléfono), es capaz de registrar e informar de casi todo lo que sucede en su teléfono.

Se pueden ver las aplicaciones que usted utiliza, los sitios que visita, su ubicación geográfica, e incluso puede registrar las pulsaciones individuales a su teclado, lo que significa que puede leer los mensajes de texto… ¡y sus contraseñas!
Carrier IQ dice que si bien su software puede recopilar una gran cantidad de datos, únicamente almacena y analiza un subconjunto de información (como las llamadas perdidas y los mensajes de texto que no se envían) requerida por los prestadores de servicio.

Inicialmente la empresa amenazó con demandar a Eckhart por violación a sus derechos de autor al publicar los documentos, pero luego se retractó cuando la Electronic Frontier Foundation ofreció respaldar a este último. Desde entonces, Carrier IQ, los fabricantes de teléfonos, y los principales operadores han realizado diversas declaraciones, vagas y poco esclarecedoras, asegurando a los usuarios que no han hecho nada malo.
Eso es difícil de creer: Después de ver lo que Carrier IQ puede hacer, no hace falta ser paranoico para temer que el teléfono lo está mirando. De hecho, esa probablemente sea una suposición más que racional en este momento.

A principios de este año, unos investigadores demostraron que el iPhone regularmente registra la ubicación física de sus usuarios y la guarda en un archivo de la PC. Apple respondió que el teléfono no registraba en realidad su ubicación, sino que mantiene una base de datos de puntos Wi-Fi cercanos a su ubicación, que es tan tranquilizador como si el FBI le dijese que no están vigilando su casa, sino la de todos sus vecinos.

Sin embargo, la explicación de Apple parecía justificable. La empresa argumentó que el registro de los datos de ubicación le permite al iPhone encontrarse más rápidamente en un mapa.
Pero estas explicaciones inocentes son exactamente la señal de que hay que preocuparse por la invasión que su teléfono hace de su privacidad.: entre el fabricante, el transportista, el fabricante del sistema operativo y todas las manos que hayan tocado su teléfono, sobran las oportunidades para que se agregue algún software que se extralimita, ya sea de manera benigna o con algún malicioso propósito.
También hay que tener cuidado con los políticos que se montan en un escándalo para captar la atención de los titulares, pero es encomiable que el senador de USA, Al Franken, esté exigiéndole a Carrier IQ que explique detalladamente cómo funciona su software.

Sería de esperar que otros legisladores lo secundaran e incluso, y más importante, que se animen a una ley que requiera a los fabricantes de teléfonos revelar exactamente lo que sus teléfonos son capaces de monitorear y dónde y cómo se envía la información. Esta información debe estar ahí presente y visible en la caja o en el contrato que acompañan al teléfono, como si de una advertencia de no fumar en un paquete de cigarrillos se tratase.
Una ley de ese tenor es necesaria porque pareciera ser que nuestros teléfonos saben más de nosotros que nosotros de ellos. Incluso, no es tarea fácil saber cuales teléfonos vienen con Carrier IQ y cuales no.

En USA, Apple, Google, HTC, Research in Motion, Samsung, AT&T, Sprint y T-Mobile han emitido declaraciones que, básicamente, lo que hacen es pasarse la pelota.

HTC, por ejemplo, dice que fueron los operadores móviles los que le impusieron como necesario contar con Carrier IQ.

RIM, por su parte, dice que no preinstala Carrier IQ en sus teléfonos BlackBerry ni autoriza a sus socios operadores a instalarlo antes de la venta o distribución.

Pero, ¿las compañías necesitan autorización para instalar la aplicación o pueden hacerlo por su propia cuenta?

Parece que sí, porque como señaló Eckhart, Carrier IQ tiene una versión de su software para teléfonos BlackBerry.

Luego está Apple, que dice: "dejamos de usar Carrier IQ con el sistema operativo iOS 5 en la mayoría de nuestros productos y lo eliminaremos por completo en futuras actualizaciones de software"

Pero ¿y el resto? ¿Y si tienes un iPhone que es demasiado viejo para correr iOS 5, te quedas con el espía dentro? Apple no ha dado una respuesta a este interrogante.
Hay otra escuela de pensamiento en este tema del seguimiento móvil que va más o menos así: la privacidad, ¿a quien le importa?. Mientras que las compañías telefónicas no se nos metan en nuestras cuentas bancarias, ¿qué importa si están viendo lo que uno ve o hace? Probablemente usted no sea muy interesante, así que ¿qué es lo peor que podría pasar?

Como dice David Pogue, "Sí, el Gran Hermano te está observando ... ¿Y sabes qué? Apuesto a que se aburre hasta las lágrimas".
Y la realidad hace que muchas veces se esté de acuerdo con ese argumento.

Sin embargo, no parece que debamos acordar a ciegas. Puede que sea inevitable que nuestros teléfonos vean y reporten todo lo que hacemos. Pero al menos deberían darnos la opción de poder ocultarlo.

Lo sorprendente es que la ira se haya dirigido a Carrier IQ y no a los prestadores de servicio, que son, en definitiva, más culpables.¿Por qué? Pues si alguien lo atropella con su coche ¿a quien demanda? ¿Al conductor? ¿O a Ford?

Después de todo, Carrier IQ diseño un programa. Fueron las telefónicas quienes lo instalaron.
Sin duda, parte del problema aún no ha sido abordado. Carrier IQ vende un producto legítimo y potencialmente útil y ahora se enfrenta a la ira de toda la Internet.
¿Quién escribió los contratos firmados con los usuarios? Las telefónicas.

¿Quiénes los encargados del teléfono? Ídem.

¿El sistema operativo? Más ídem.

¿Y quien llamó a IQ Carrier en primer lugar y les dijo: "Hola, nos gustaría un método oculto para espiar los hábitos de mis usuarios?" Si, si, las telefónicas.
Son ellos los que deben informar al público y sobre quien debería apuntar la ira colectiva. Y más aún, no hay que perder de vista que esto no es una acción aislada de una compañía o dos. Es la colaboración generalizada de toda la industria que demuestra lo increíblemente poco que vale para estas compañías el valor de sus clientes y su privacidad.


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