BBC Mundo
Las crías de pitones birmanas pueden tolerar agua salina durante un tiempo suficiente como para seguir su implacable avance en la Florida, según un nuevo estudio.
"Los reptiles en general tienen poca tolerancia a la salinidad y había esperanzas de que esto impidiera la expansión de esas serpientes más allá de los pantanos de los Everglades", señaló Kristen Hart, ecóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos, USGS por sus siglas en inglés, y autora principal del estudio.
"Sin embargo, desafortunadamente, nuestros resultados muestran que el agua salada de por sí no es una barrera al crecimiento de la población de estos pitones".
El estudio, publicado en la revista Journal of Experimental Marine Biology and Ecology, hace aún más urgente la necesidad de tomar medidas para controlar a esta especie invasora.
"El hecho de que nuestra investigación ha descartado una de las barreras físicas en la que teníamos esperanza hace más importante aún la acción humana para evitar la expansión de estos reptiles dañinos. El estudio deja en evidencia la posibilidad de que conquisten nuevos hábitats, estuario a estuario", dijo Marcia McNutt, directora del USGS.
El aumento en el número de pitones birmanas, Python molurus bivattatus, ha alcanzado niveles tan alarmantes, que la congresista Ileana Ros-Lehtinen pidió el mes pasado al presidente Barack Obama que prohibiera la importación de nueve especies de serpientes no nativas.
Estas serpientes no venenosas se han adaptado a las condiciones del Parque Nacional de los Everglades y se han reproducido con gran éxito. Una de las estimaciones señala que ya hay más de 50.000 ejemplares de pitones birmanas en el estado de Florida.
Mascotas
¿Cómo llegaron estos reptiles hasta Florida? Se cree que son importadas y compradas como mascotas. Cuando crecen, sus dueños las sueltan en los pantanos, donde se alimentan de todo tipo de animales, desde roedores hasta caimanes.
Recientemente se halló una pitón que acababa de comerse un ciervo de más de 30 kilos.
En agosto, otra pitón birmana de más de 3 metros fue capturada bajo un remolque cuando fue avistada por el dueño de una granja, que le atribuyó la desaparición de varias de sus cabras y pollos.
En marzo, otra de más de 4 metros, fue capturada en plena calle en Miami.
En 2009, una niña de dos años murió mientras dormía, estrangulada por una pitón birmana que la familia tenía como mascota y que se había escapado de su jaula en una vivienda del norte de Orlando.
Carta a Obama
El gobierno estatal aprobó una ley que prohíbe la adquisición de pitones birmanas y de otros 6 reptiles como mascotas, pero se requieren medidas más restrictivas, según la congresista Ileana Ros-Lehtinen.
La legisladora envió una carta a Obama pidiéndole que prohibiera la importación de nueve especies de serpientes no nativas.
"La pitón birmana y otras serpientes similares no nativas son especies invasoras que dañan la vida animal indígena y al ecosistema del sur de Florida", señaló Ros-Lehtinen en su mensaje, urgiendo al gobierno federal a asegurar "la estabilidad continuada de nuestro ecosistema local, tomando medidas para prevenir que estas especies sean importadas".
"Estoy profundamente preocupada por la importación de miles de grandes serpientes constrictoras y apoyo firmemente la norma de prohibir la importación y el transporte interestatal de nueve especies de serpientes, como propuso el año pasado el Servicio de Pesca y Fauna de Estados Unidos", añadió.
La carta se divulgó en diciembre, poco después de que una pitón birmana de cerca de 4 metros de largo fuera capturada por los bomberos en la piscina de una vivienda en las afueras de Miami.
Patrullas
Para detener la expansión de las pitones birmanas más allá de los Everglades, la organización de conservación global The Nature Conservancy ha implantado un programa de "Patrullaje de Pitones", Python Patrol, en los cayos de Florida.
Como parte de la iniciativa se entrena a ciudadanos para que informen sobre avistamientos y a funcionarios de organizaciones de vida silvestre para que aprendan a capturar a estos reptiles.
Distintos trabajadores cuyas tareas diarias incluyen desplazamientos, como carteros o personal de mantenimiento de caminos, recibieron entrenamiento para reconocer a las especies problemáticas.
El primer avistamiento de una pitón birmana en los cayos de Florida tuvo lugar en 2007, cuando dos investigadores que estudiaban una especie amenazada de roedor verificaban las señales emitidas por el radio-collar colocado en un ejemplar.
La señal llevó a los investigadores hasta una pitón de más de 3 metros, que tenía en su estómago no sólo al roedor con el radio-collar sino a otro ejemplar.