Revista Diario

370.- “El mejor momento para arreglar el tejado es cuando hace buen tiempo.”

Publicado el 03 noviembre 2010 por Ignacionovo
370.- “El mejor momento para arreglar el tejado es cuando hace buen tiempo.”Autor: John Fitzgerald Kennedy. Hoy nos toca trabajar. Tampoco vayáis a pensar que es cuestión de dejarse la piel y agotarnos sin remedio en la tarea que os propondré, pero sí que deberemos poner un cierto esfuerzo en ella.
Así que colócate la ropa de trabajo, porque hoy tenemos que subirnos al tejado y aplicar sobre el techo de nuestra vivienda las medidas preventivas adecuadas para evitar padecer las tan temidas goteras. Para ello, según indican los expertos, tendremos que limpiar y rellenar las grietas o incluso aplicar cemento con el fin de evitar filtraciones.
Partamos del hecho inmutable, de que TODO acaba deteriorándose con el paso del tiempo. Y este principio es aplicable a cualquier elemento u objeto que nos rodea, pero me temo que también a nuestra propia vida. Es decir: al techo de la casa donde vivimos o a la ‘azotea’ particular de cada cual.
Estoy seguro de que todos desearíamos que las cosas se mantuvieran tan perfectas como el primer día: relucientes, refulgentes y primorosas, pero parece claro que si no hacemos nada y cada cierto tiempo no sometemos a revisión y análisis lo que queremos conservar en buen estado, acortaremos su longevidad. Todo principio de problema o asomo de deterioro que no tratamos en el momento oportuno, acaba por convertirse en ruina.
El tejado (entendamos la mente o el pensamiento) es la parte mas sensible y crucial de lo que somos; la parte critica que determina nuestro estado general. Si contamos con un ‘techo’ deteriorado o escasamente atendido, lo más probable es que padezcamos las consecuencias: goteras como dije inicialmente, humedades, perdida de pintura… y de ahí hacia abajo, el menoscabo se extenderá a todo lo demás. Afortunadamente, los desperfectos tienen solución si afrontamos que existe un problema, lo identificamos y nos aprestamos a repararlo. Espero no estar llevando la metáfora demasiado lejos.
Las ‘goteras’ suelen ser la contrariedad más habitual. A veces llueve sobre la vida y al no tener el 'techo' impermeabilizado, se va filtrando el agua, o sea: la desazón, la infelicidad, la frustación, el dolor... Si la gotera no es profunda, tendrá fácil remedio, pero si lo es, habrá que tomar medidas más contundentes y acaso pedir ayuda para la reparación. Hay que remendar cada grieta, por mínima que nos parezca y en el mismo momento en que aflore, porque nunca sabemos con certeza si detrás de ese daño puede haber un dilema mayor.
La frase de hoy, básica si quieres, es rotunda y bastante atinada: cuando los problemas se manfiestan, siempre es demasiado tarde. Hay que prevenirlos y tratarlos a tiempo, sin desestimar ningún síntoma que pueda avisarnos de que nuestra vida se está agrietando en alguna parte.
Si enfrentamos la reparación del tejado en plena época de lluvias, (cuando las cosas nos van francamente mal), estaremos en clara desventaja y el resultado será peor, que si antes nos hemos preocupado de hacer la conservación mínima precisa. La mayoría de los inconvenientes que padecemos avisan y no brotan de improviso.
Como dicen los chinos: hay que excavar el pozo antes de tener sed, para que cuando lleguen los días áridos, no nos encontremos bien con que nos faltan las herramientas apropiadas para escarbar o bien con que no hayamos tenido tiempo de localizar el terreno apto para hacerlo.
Reflexión final: si tenemos la buena costumbre de observar y atender las señales de la vida, tanto las positivas como las que identifican peligros venideros, tendremos soluciones antes de tener problemas, y estaremos menos expuestos a las ‘goteras’.

370.- “El mejor momento para arreglar el tejado es cuando hace buen tiempo.”

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