...que no vea la realidad...
Hace unos días en el pueblo en donde vivo, mi hijo y yo nos encontrábamos en un parque, charlando animadamente sobre lo tragonas que son las palomas.
En el banco de al lado, una señora mayor se esforzaba por hacer punto, más allá tres niños jugaban con los cubos y las palas en la arena, al otro lado había un grupo de mujeres de unos cincuenta años charlando.
Dos hombres aparecieron al doblar la esquina, iban cogidos de la mano, se miraban, sólo el que ha estado enamorado alguna vez conoce ésa mirada... y se besaron, con amor, con tranquilidad, sin lascivia ni exhibicionismo... En ése momento el grupo de señoras miró en nuestra dirección, y me ordenó "¡¡Tápale los ojos al niño!!"... "¡¡Que no vea esa aberración!!"
Mi pequeño
quiero-quiero, que ya cuenta a sus seis años con un agudo sentido del sarcasmo, amén de una educación abierta y respetuosa, le contestó: "Sí mamá, tápame los ojos que esa señora no sabe lo que es el amor"Ni que decir tiene que la señora se quedó de un aire, no se esperaba desde luego ésa contestación, y menos por un niño.
A veces las lecciones nos las da el menos pensado, a veces un comentario despierta algo en el interior del que escucha. Quiero pensar que ésa señora aprendió la lección.
Deseo con todas mis fuerzas que quiero-quiero no se tape nunca los ojos, que nunca deje de ver lo que la vida le muestra, que siga reconociendo el amor, independientemente de quién lo muestre, porque, como he dicho antes, sólo el que ha tenido o tiene amor...sabe reconocerlo.