4 pintas y 3 yardas en la campiña inglesa-1

Publicado el 26 noviembre 2012 por Maricari

Monet


Hace tiempo que marcho en esta vida sola, y no me gusta la soledad, por eso me vine a vivir cerca de mi hija, a un País que no entiendo, que no me gusta y en el que escasamente me comunico con otro ser vivo que no sea mi familia y añado, a través solo del teléfono.

Los días se me amontonan iguales, parecidos, sin sábados ni domingos, todos son festivos.

Me levanto a las 8 hora española porque aún no he adelantado una hora el manido reloj despertador que lleva marcándome su cansino compás toda mi vida desenredada, aunque todos los demás si marcan la hora local, incluido mi móvil porque me la jugó y cambió solo y aún no le he cogido la gracia a sus menús, que si no... Pero me niego a despertarme sin sol, aunque es una cabezonería perdida porque, lamentablemente, aquí no hay sol, me despierte a la hora que me despierte.

Preparo un café, me gusta recién hecho... con mi pan de bizcocho, también recién hecho con aceite de oliva que tengo en sobrada remesa. Remesa que voy haciendo cuando viajo a mis raíces extremeñas.

Después recojo todo y me pongo a escribir, como siempre, en mi blog en español, conversando con mi yo interior. Aunque otras mañanas, puedo salir con tal gana de pintar, que fluye el óleo con un trazo brioso como cuando era joven, y disfruto como una "Vangogh redomada y también algo loca".

Más tarde, atiendo al jardín y preparo comida para una. Así, esperando que mi hija me visite o quiera que le acompañe a algún sitio, pero como no es muy frecuente su compañia, suelo distraerme e incluso dormir siesta, que jamás me gustó. 
Pero ayer fue un día muy importante, porque vino a verme y tuvimos como siempre nuestras cuestiones, y me informó que me apuntaría al "Campo de recreo" en el que van a ingresar, ella y su marido, y que tan cerca está de mi casa; que podré ir andando; así nos veremos allí con más frecuencia; que piensa retomar sus clases de pádel; que los niños están bien; que cuándo llegará el buen tiempo; en fin, una visita de cortesía, a las que ya me tiene acostumbrada; no sé dónde perdí a aquella niña, no lo sé, o quizás ella perdió a su madre. Casi no terminé de escuchar lo que me decía cuando ya se despedía en la puerta, pues la palabra pádel aún retumbaba en mi cabeza y creo que notó que se me habían iluminado los ojos. ¡Pádel!, dije en voz alta levantándome de un brinco de mi sillón y dirigiéndome al armario de la entradita dónde aún estaba ella...

- Sí, aquí está mi maravillosa pala, la que heredé de tu padre, ligera y con la empuñadura sin estrenar... Pues nada... volveré al pádel. Iré a ese Campo de recreo... a recrearme.

- Muy bien mamá, mañana a las 18 horas londinense te esperan para hacerte la tarjeta, no faltes.

Continuará...
P.D.: "Un cambio en nuestra vida es posible se esté en la edad que se esté, pero un cambio en nuestra vida a veces es tan necesario que... "
MariCari, la Jardinera fiel.

{¡B U E N A_____S U E R T E!}♥ ღ ♥