Paquita Gallego trabajaba en un taller de corte y confección, el cuál le daba para vivir cómodamente. Pero a ella le preocupaban otras cosas como dar de comer a gente necesitada, así que a los medidados de los 70 empezó a dar de comer en su propia casa a niños de familias gitanas, luego a niños de padres alcohólicos donde montó una pequeña guardería donde les cuidaba. Así las madres podían salir a trabajar. En los 70 unas 400 familias se alimentaban gracias a Paquita.
Paquita murió en el año 1986 pero su legado sigue vigente. Gracias a las herederas de su labor que se empeñan a cumplir el testamento que les dejó. "NUNCA NEGUÉIS UN PLATO DE COMIDA CALIENTE A QUIEN PASE POR LA PUERTA".
El comedor de Paquita Gallego es llevado ahora por un grupo de mujeres que ahora dan de comer a enfermos, drogadictos, gente sin techo y con la crisis de ahora se han sumado ancianos e inmigrantes que no tiene que llevarse a la boca.
Las reciben en grupos de 7 personas, no caben más ya que el local es pequeño. Y todos los alimentos los reciben de la cruz roja, de la panificadora, rifas, festivales...
Cada día cinco mujeres llegan al local a las 8:00 a parte de darles de comer, todos salen con una bolsa que contiene un bocadillo y fruta para la noche. Cada viernes también les dan un litro de leche y un paquete de galletas. A la 13:30 se cierra el comedor y así de Lunes a Viernes.
El menú semanal siempre es el mismo. Lunes, cocido; Martes, lentejas; Miércoles, sopa y pescado; Jueves, macarrones y huevo; Viernes, paella.
Todo esto pasa en mi calle de 8:00 a 13:30.