Hay ventanas que están cerradas
y son un motivo de miradas pensativas,de añoranzas y reflexiones.
A veces significan ausencias,
otras veces tardanza en levantarse.También nos llevan a buscar metáforas,
y vemos situaciones y sueños
de las personas que vivían
y habitaban aquella casa
y que se han podido marchar,
para buscar otro destino, otro rumbo,
y dar un nuevo sentido a sus vidas...
Las ventanas del poeta suelen tener
un poco de estos ingredientes,aunque tendremos que buscar en su alma
para saber lo que realmente pasa por su cabeza,
y los motivos de tener las cortinas,
cerrando las ventanas de su alma.
Quizás, de esa manera,
podamos acercarnos un pocoa lo que le dictaba el corazón
cuando escribía unos versos...
En cuanto a los latidos
y suspiros de sus labiosesos merecen una sonrisa aparte.
Quizás porque los latidos son como una campana
que llama y conmueve,en ese reloj invisible,
que todos llevamos dentro
y que nos acompaña,
y nos hace reír y llorar, al mismo tiempo,
y es que es ese mismo reloj,
quien nos avisa de que ya es la hora
y de que hay que parar o seguir,
y es el que duerme los sentidos
y vigila los sueños
con ese ritmo, dulce,
intenso e invariable,
que envuelve los cuerpos
como el susurro nocturno de una nana
cantada por la luna...
...Pero los días pasan y el silencio sigue.
La ventana no se mueveni tampoco se abren las contraventanas.
El día y la noche no parecen importar
y los latidos van menguando,van recortando la voz infantil
que desgranaba ese tic-tac,
tan entrañable y cercano,
hasta convertirse en silencio...
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/20