Los corazonesquedaron enredadossin darse cuenta.
Fueron mil lazosde sueños y quimerasy hasta utopías.
Pero supierondesenredar sus alaspara volar.
Volaron lejos,por cielos y por marescon su tic-tac
Y esos relojes,tan bien sincronizados,dieron las horas.
Así bailaronun vals en los jardinesy junto al tilo.
¡Qué bello sueño,cargado de ternura,el que vivieron!
Hoy, dos poemas,se esconden en sus almas,buscando luz.
Y, en esos versos,igual que en aquel bailese encontrarán.
Rafael Sánchez Ortega ©24/03/20