Pienso en las oscuras golondrinas
del poeta,
y pienso en las rimas escondidas,
en los balcones de unas casas
con la ropa tendida,
en los nidos posados en las vigas,
en los cristales silenciosos
cubiertos por cortinas,
en las alas invisibles
que llamaban a los mismos,
en el humo que se ve en la chimenea,
en el viejo canalón que asemeja una cenefa,
en la puerta señorial que se abre de la calle,
en el perro que descansa en el zaguán,
en el gato que se estira en una alfombra,
en las voces congeladas de las tardes,
en las sombras que llegaron y cubrieron
tantos ojos,
en las siestas y en las horas de descanso,
en los sueños juveniles persiguiendo
a las estrellas...
Por eso pienso en ti,
¡mi poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/20