#44 PROMÉTEME QUE SERÁS LIBRE de Jorge Molist

Publicado el 20 marzo 2013 por Anuca @ideaspalabras

768 páginas
Editorial Temas de Hoy

Una mañana de 1484, una galera pirata asalta la aldea de Llafranc. Ramón Serra muere defendiendo a su familia, pero no puede impedir que su esposa y su hija sean secuestradas. En su agonía le pide a su hijo de doce años: "Prométeme que serás libre".


Al perder a su familia, Joan, junto con su hermano pequeño, huye a Barcelona, una ciudad en principio hostil. Allí conoce a Anna y trabaja como aprendiz en la librería de los Corró, a los que llega a querer como a sus nuevos padres. Son tiempos convulsos, de guerras y revueltas, y la Inquisición cambia de forma dramática su vida.


Los nuevos acontecimientos reafirman a Joan en sus tres deseos fervientes: rescatar a su familia, recuperar a su amada y convertirse en librero.


Cerdeña, Sicilia, Nápoles, Roma y Génova serán los escenarios de su odisea. Participa como galeote y artillero en diversas batallas, conoce a personajes extraordinarios, se ve envuelto en sus intrigas y lucha con desesperación por su amor y por cumplir su promesa.


Hace tiempo que conozco la existencia de este libro, pero ya sabéis, un día por otro y teniendo en cuenta que mi lista de pendientes no hace más que crecer lo fui dejando correr hasta que hace una semana exactamente me hice con él sin dudar. ¿Por qué de repente tanta prisa? Porque la sinopsis de su secuela TIEMPO DE CENIZAS me cautivó, y al comenzar a leerlo me di cuenta de que la historia de Joan no podía conocerse a medias, tenía que descubrir su pasado, vivir con él lo que había vivido para así poder adentrarme entregada al 100% y con todos mis sentidos a lo que estaba a punto de depararle el destino.

Y así fue comoProméteme que serás libre llegó a mi armario y calentó mi cuerpo antes de lo previsto, pero no me arrepiento en absoluto de, por fin, haber repasado sus puntos y haberme enredado entre sus hilos.

Esta prenda teje la historia de Joan, quien con tan sólo doce años presencia como asaltan su pueblo, matan a su padre y se llevan prisioneras a su madre y a su hermana mayor. Las últimas palabras de su padre fueron "prométeme que serás libre" y Joan las grabó a fuego en su mente y en su corazón, convirtiéndose su promesa en un objetivo vital tan fuerte como recuperar a las mujeres de su familia. Con su hermano Gabriel a cargo inicia a su temprana edad un periplo que comienza en Barcelona y termina a sus veinticuatro años en Roma. Una infancia y juventud marcada por el momento histórico que se vive: guerras y enfrentamientos dentro de nuestro propio país y también fuera de nuestras fronteras, una inquisición sombría y fuerte que siembra el terror, rehenes de guerra esclavos o conversos y herejes perseguidos sin piedad... Joan sufrirá por el dolor que guarda dentro de sí tras su tragedia personal pero no le impedirá seguir su lucha por un futuro mejor: se alfabetizará... aprenderá oficios... idiomas... prósperará; aunque también caerá en las redes de esa ira acumulada desde su primera herida, creyéndola la mejor consejera para concluir la promesa que le hizo a su padre y debiendo encarar las consecuencias, consecuencias que lo alejan aún más de su cumplimiento pues, al fin y al cabo, la venganza y el odio también nos convierten en esclavos.

La historia se estructura en capítulos agrupados en partes atendiendo a las diferentes etapas que acontecen en la vida de nuestro protagonista: aprendiz, galeote y artillero, librero... Tal vez la parte que menos me gustó (si tengo que mencionar alguna) es la que narra su condena en galeras; no tanto porque la acción decaiga ni muchísimo menos, sino porque la descripciones de los abordajes... los enfrentamientos... las batallas... nunca son lo que más disfruto de un libro. No obstante, este pequeño pero no ha empañado bajo ningún concepto esta lectura. Como ya os podréis imaginar sus momentos como aprendiz de encuadernador y escribano, todos sus devaneos con la literatura de entonces y con la magia de copiar libros, así como la clandestinidad que rodeaba según qué actividades en torno a los libreros, convirtió en placentero cada minuto bajo el calor de esta historia llena de pasajes que son todo un homenaje a este mundo que tanto amamosquienes estamos detrás de estos blogs ;)

La ambientación en pleno mediterráneo resulta muy placentera. Las cuidades amuralladas, las calles organizadas por gremios, los bonitos y tranquilos pueblos costeros frente al declive de algunos núcleos urbanos infectados por las consecuencias fatales de la guerra... He sentido la brisa marina en mi cara y arrugado el ceño ante la fetidez de la decadencia. Pero sobre todo he disfrutado con los personajes. Joan y Gabriel, tan diferentes y a la vez ambos ¡tan encantadores! Joan, la cabezonería e impulsividad personificadas, todo sentimiento para bien o para mal, orgulloso y con un profundo sentido de la justicia y una conciencia inquieta. Sí, Joan me ha gustado muchísimo porque a pesar de ser el héroe de esta historia también sus manos se teñirán de sangre directa o indirectamente, también él cometerá errores y tendrá que aprender a vivir con ellos. Adoro a los héroes poco perfectos, a los héroes que también nos muestran su cara más villana con la justicia en la mano o sin ella, y creo que Joan se ajusta bastante a este tipo. Gabriel, más secundario, es tierno e inocente con una capacidad enorme para el perdón y tal vez el complemento perfecto a la mecha fácil de su hermano mayor si éste último no lo hubiera protegido tanto y se hubiera dejado aconsejar más por él. Pero no, Joan sentía que debía mantener a Gabriel al margen de sus planes, lejos del dolor que una venganza...un rescate...y una lucha por una vida mejor, siempre traen consigo.

Pero no puedo centrarme sólo en nuestros dos chicos, no, no puedo dejar pasar esta reseña sin mencionar a Abdalá, esclavo sarraceno que se cruzará en la vida de Joan y, en cierto modo, la cambiará para siempre. Su sabiduría, sus palabras, su experiencia, su modo de encarar la vida me maravilló y, aunque cumple su papel fundamentalmente en una única parte de la novela, lo he tenido en el recuerdo durante toda la lectura.

PeroProméteme que serás libre no sólo está forjada por la tragedia y la búsqueda de la libertad, también esconde una historia de amor. Joan y Anna se amarán desde niños, desde la primera vez que sus miradas se cruzan, pero el camino que puede llevarles a estar juntos es largo y tortuoso. Tal vez hubiera preferido que se tratara con otra intensidad, no digo que de forma más extensa o más presente sino de una forma, para mi gusto, menos platónica. No obstante, es una historia bonita tratada con mucho tacto y con momentos muy emotivos.

En definitiva, no hace falta que os repita que ha sido una lectura preciosa que recomiendo a todo aquel que guste de novelas llenas de Historia y con personajes carismáticos, algunos de ellos (tal y como se nos descubre en el apéndice final) reales como la vida misma y peones de nuestro pasado. Un novelón de 768 páginas con capítulos cortos y todos los ingredientes para que dure en nuestras manos un suspiro.

"El artículo principal con el que comerciaba aquel hombre era algo que sorprendió a Joan: libros. No conocía a nadie que tuviera uno a excepción del ermitaño o el regidor. [...] No comprendía que la gente deseara tener un objeto semejante y menos que se gastara dinero en ello.

−¿Para qué sirven los libros? −le preguntó a Bartomeu cuando se sintió con suficiente confianza.

−Explican cosas que la gente quiere saber y cuentan historias muy interesantes −repuso el mercader con una sonrisa.

−Cuando yo quería saber algo preguntaba a mis padres, a Tomás o al ermitaño −explicó Joan extrañado−. Y ellos también nos contaban historias. Además, los libros no hablan.

Bartomeu rió y Joan frunció el ceño.

−Hay cosas que los padres o los amigos no saben explicar −repuso el mercader−. Y ya verás, llegará el día en que los libros también te hablen a ti.

−No tienen voz −insistió Joan.

−Sí la tienen, hijo −dijo Bartomeu acariciándole la cabeza−. Solo que no la podrás oír hasta que no aprendas a leer.

−¿Leer? −inquirió Joan, extrañado.

Miró primero a Bartomeu, que afirmó con la cabeza, y después a Gabriel, que presenciaba la conversación sin entenderla. El hermano pequeño se encogió de hombros extrañado. Joan no preguntó más, no quería parecer tonto, pero aquello le dio que pensar. Los libros encerraban un misterio".

"−Sí, el libro y el lector −murmuró−. El placer de la lectura es la armonía entre ambos. Y quien es capaz de encontrar el lector para el libro y el libro para el lector es más que librero, es mago. Es un alquimista que crea el crisol que funde dos cosas en una sola. Y la cosa resultante es distinta de las anteriores porque el libro adecuado produce cambios definitivos en el lector"

"Comprendió que por muy perfecta que fuera la caligrafía, tanto la suya como la del texto original, nunca dos letras eran iguales. Una se apoyaba levemente en la vecina y se distanciaba de la siguiente, otra era un poco más alta o se inclinaba hacia adelante o atrás. O tenía cierto trazo más acusado o la tinta se depositaba en mayor cantidad en un punto determinado. Pronto les adjudicó sentimientos, intenciones, carácter, estado de ánimo; parecían estar contentas, tristes o enfadadas. Las letras tenían su propia vida y se relacionaban entre ellas adquiriendo personalidades distintas. La de aquí conspiraba junto a la otra contra la de más allá; la siguiente estaba furiosa; la cuarta ocultaba algo; la quinta sentía temor; otra se reía y así todas y cada de las letras y palabras del texto. Era un mundo extraño y maravilloso, pero propio e íntimo, y Joan se preguntaba si alguien más vería aquel lenguaje de gestos en las letras."

"No importaba que no fuera el mismo objeto, contenía las mismas palabras, los mismos anhelos, deseos, sentimientos e ideas que ella había leído y por lo tanto, pensado, sentido y ansiado. Aquella era la magia de los libros."

PROMÉTEME QUE SERÁS LIBRE

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