No esperaba encontrar
esta sorpresa
en la forma de versos
y de letras,
pero es cierto y suscribo
lo que dicen;
la amistad tiene extrañas
coincidencias,
vericuetos de brisas
y palomas,
unas veces con rima
manifiesta
y otras más en la prosa
del lenguaje,
pero nace, se forma
y se alimenta,
con ternura y sencillez
en la palabra,
y buscando ofrecer
la poesía
como esencia sincera
de las almas.
Agradezco el paseo
de este tiempo,
la ilusión de escribir
a las estrellas,
de soñar, como niños,
en la infancia,
de buscar en la playa
a los cometas,
de sentir en el pecho
los latidos
y encontrar una mano
en la distancia.
¡Amistad!...
¡Qué bonita poesía,
bella flor que otras almas
nos regalan!
Es por eso que acepto
este regalo,
y en silencio, sonrío
y doy las gracias.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/09/20