Hoy los gorriones
lloraron al no verte,
mi primavera.
Y es que el invierno
llegó con su crudeza
hasta nosotros.
Vino la nieve,
de copos celestiales,
tan friolera.
Temblor de labios,
los dedos se congelan
por la borrasca.
Se ven muy solos
los árboles del parque,
sin los gorriones.
Y mientras tanto
sus lágrimas planean
entre la nieve.
Hoy os extraño,
gorriones de mi tierra,
¿por dónde estáis?
El duro invierno
se cuela en mis pupilas
envejecidas.
Pienso en vosotros,
con música sin nombre,
en vuestros cantos.
Y aquel momento,
precioso de mi vida,
en que yo amé.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/21
Los gorriones, el parque, la mirada nostálgica hacia esos momentos de la vida encarnados en la primavera, el invierno, la nieve y ese largo etcétera que nos sigue haciendo más niños y destapando y "despertando" nuevamente aquellas ilusiones infantiles que aún brillan en nuestras almas.