Crecen los días
lo mismo que las tardes.
Pasa el invierno.
El tiempo sigue,
su marcha peregrina.
ante los hombres.
Y aquí estás tú,
poeta, sin fronteras,
con tu cuaderno.
Es tu mochila
el canto de la vida
con la guitarra.
El cantautor
que llevas en el alma
habla de nuevo.
Canta a la tierra,
del hombre y al trabajo,
y a las mujeres.
A ellos les dice,
"no importan los sudores,
sino los frutos."
A ellas les cuenta
de viajes por países
desconocidos.
Canta a los niños
que ven como los días
crecen con ellos.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/21
Ya se notan los días que poco a poco van creciendo en la tarde; y también, en la mañana, amanece un poco primero y la luz se cuela en la ventana dejando esa alegría de la que carecíamos en semanas pasadas... Pero así es el invierno.