Se van de viaje,
las nubes del invierno,
hacia otras costas.
Se van los vientos
en pos de las galernas
y temporales.
Se va la nieve
y baja por los ríos
en el deshielo.
Se van los trenes
llevando pasajeros
a otras ciudades.
Se van los años
dejándonos presentes
e incertidumbres.
Se van los ojos
llenados de legañas
por tantas lágrimas.
Se van las risas
callando entre las sombras
y surge el llanto.
Se van los sueños
dejando realidades
entre suspiros.
¡Se van, se van...!
Y algunos nos quedamos
aquí, mirando...
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/21
Se van los hombres y se marchan en silencio hacia la nada. En estos casos se sienten las palabras, se adivinan, casi, diríamos, que se mastican, en medio de ese silencio y esas huellas invisibles, que permanecen solamente unos segundos y luego desaparecen misteriosamente en el baúl de las almas y los recuerdos.