Se va la tarde
dejándonos las nubes
que colorean.
Van a dormir
los ángeles del cielo
en esas nubes.
También nosotros
iremos hacia ellas
con nuestros sueños.
Sueños de niños
en almas de mayores
pero no importa.
Y es que los sueños
se funden con las tardes
y los deseos.
Son muy variados,
de múltiples colores
y todo cabe.
Hay fantasía,
derroche de ternura
y hasta suspiros.
Brillan. febriles,
los ojos del durmiente
y sus pupilas.
Sus labios hablan.
Musitan un susurro
y una sonrisa.
Se va la tarde,
las nubes se transforman,
y dejan versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/21