Gotas de sangre
recibes de una rosa
inmaculada.
Son especiales
las rosas de este día
y este jardín.
Pétalos blancos,
azules y amarillos,
y otros colores.
Pero es el rojo,
de sangre enfurecida,
el que te llama.
Tú le suplicas
y pides te traspase
la primavera.
La rosa tiembla
y sabe que si accede
se morirá.
Pero sin llanto
penetra por tus venas
y da vigor.
Tú te estremeces
de amor, en este día,
y también sueñas.
...Muere la rosa
a cambio de tu vida,
"mi poesía".
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/21