Por las montañas
desfilan los rebecos
entre las rocas.
Cruzan neveros
en busca de comida
con gran recelo.
Temen al hombre
que caza y les dispara
cobardemente.
¡Qué bella imagen
nos dejan cuando asoman
tan vigilantes!
Mejor que un tiro
merecen recordarlos
en una imagen.
Saca la máquina,
prepara el objetivo,
luego dispara.
Cuando regreses
de nuevo hasta tu casa
te alegrarás.
Tendrás en vivo
la fuerza y la ternura
de aquel momento.
Y sentirás
que hay vida en las montañas
gracias a ti.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/08/21