Ya, FIN. Ay señor, llévame pronto. Qué mal lo he pasado. Mi escritorio se ha quedado tó lleno ahí de kleenex para limpiar los churretes de las gafas, por culpa de las lágrimas de risa. Qué puntacos, ay señor, me quedo loca. También he tenido que censurar los spoilers de las notas, menos mal que me he dado cuenta antes, para después aplicar ese filtro tan mono.
Fresy Cool se merece un análisis más en serio, dentro de mis escasas posibilidades para hacer tal cosa. Entré en estado de pánico primero, ante la perspectiva de entender poco más de un 20% de referencias literarias en el desarrollo, habida cuenta de mi incapacidad para digerir los variados artículos de crítica literaria que AJR da a luz.
Catatónica escribí el post de la preview.
Al final no ha sido para tanto, calculo que me habré enterado de un 95%, con el subidón de comprender perfectamente el resto de referencias filosóficas, religiosas, mitológicas, comerciales, políticas, históricas, musicales, fílmicas, arf, arf, es que hay como unos dos millones o así.
Se hace muy difícil ponerse seria, como digo, porque al revisar mis folios de notas destacadas, es imposible explicar tantos y tantos detalles, sin quitarle la gracia al reseñar sorpresas del texto. Si algo sobresale en general es el juego de realidad (plagiando a Jodorowsky, usaría la poética adjetivación de DANZA DE LA REALIDAD) y en particular la manera de retorcer punto por punto, todas y cada una de las cosas que sobre él, Luna Miguel (Lola Font) y ambos como pareja se conoce y se critica en el cibermundillo literario, para arrojarlo a la cara de los críticos-malas pécoras-perras malas disfrazado de caricia asesina como quien no quiere la cosa. En resumen, todo el libro es una BARBARIDAD BARROCA.
Esto es demasíao, tío, qué cuelgue
Así que es una reseña que debo pensar con más calma. Mientras tanto, en otro alarde erótico con mi Photoshop, se me ha ocurrido la salida más decente que es usar un esquema lineal para meter algo poliédrico. Para que os hagáis una idea de este terrorífico Dragon Khan. He tenido que comerme los nudillos para sólo poner una o ninguna referencia, aunque al final es lógico que Munch acabara por aparecer, pero estaba elegido mucho antes (clic para ampliar).
Para terminar, añado que of course me ha gustado, aunque es un caso muy particular sesgado por mis ojos de lectora a la que ciertas referencias muy concretas le han parecido un tiro a bocajarro que ha esparcido sus sesos por la mesa (y aquí me ahorro la foto, aunque haya encontrado una estupenda como ilustración). Porque Fresy Cool, además de todos los epígrafes desde lo que se puede abordar, me parece por encima de todo la carta de amor más agreste y radical que he leído en toda mi puñetera vida.
La identificación es inevitable por ciertas conexiones a los veintipocos años, mucho sufrir, historias del artisteo parecidas aunque fuera del escenario Madrizentro de la Vanguardia Intelectual, y que sin embargo acabaron como el rosario de la aurora. Ahí me quedé encerrada donde la caverna de Platón de forma voluntaria, hasta que apareció ÉL, que sigue ahora (te amo, pero léete mi blog más menudo, por favor). Teniendo esto en cuenta, mis apreciaciones subjetivas de fan-histérica quizás no sirvan de mucho, pero no le quitan valor a todo el conjunto que, afirmo, tiene.
PD. AJR: qué íoputa eres.
Yo sobreviví a Fresy Cool ¡há!