Espesa niebla
que duermes los sentidos
de las personas.
Eres la droga,
el humo y la silueta
embriagadora.
Pero otras drogas
de odio y de incultura
hoy nos rodean.
Son las que temo
pues éstas son osadas
y amenazantes.
Ellas influyen
y luego condicionan
las decisiones.
Nuestra ceguera
impide divisarlas
tal y cual son.
Hubo otras nieblas
de amor y de ternura
que bien recuerdo.
Lejana infancia
de sueños y utopías
inolvidables.
Y en esa nube
de brumas e inocencia
quiero dormir.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/22