Es media tarde
y vuelan las gaviotas
hacia la costa.
Van a su casa,
según los marineros
que saben de esto.
Pero ellas viven,
caminan por las playas
y por los puertos.
Tendrán sus nidos
en rocas y en islotes
inaccesibles.
Recuerdo verlas
en sitios parecidos,
por centenares.
De todas formas
gaviota y marinero
van de la mano.
Es esa imagen
que todo el mundo quiere
para llevar.
Yo, en esta tarde,
la arranco del recuerdo
para que vuele.
Que marche libre
allá, donde ella sabe,
que alguien espera.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/22