Ave de paso
que llegas a mi puerto
a descansar.
Repón las fuerzas,
tus alas lo precisan,
estás cansada.
¿De dónde vienes?,
me digo y te pregunto
desde el silencio.
Será muy lejos
el punto de tu inicio
peregrinar.
Lejanas tierras,
hermosos paraísos,
quizás del frío.
Huyes del norte,
del hielo y las nevadas
del duro invierno.
¿A dónde vas?,
sonrío y me pregunto,
curiosamente.
...Pero muy seria
no escuchas mi pregunta,
ni te despides.
Mueves tus alas,
me indican que te marchas
y emprendes vuelo.
Ave de paso,
te vas sin responderme
y con mis sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/22