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Mariposas de la noche Capítulo 5EL GRAZNIDO DEL CUERVO Era alta. No se podía decir que era linda. Resaltaban, quizás, como dos grandes atributos sus ojos negros, eran como esos que nos miran fijamente desde las enlucidas portadas de los catálogos de compra femeninos sugiriendo las ofertas de cosméticos y fruslerías. Así tal cual. Tenía un carácter agradable y parlanchín. En el recuento, se podía decir: una más. Una más de aquellas mujeres que tapan las marcadas aureolas de sus trasnochadas ojeras, bajo una gruesa capa de maquillaje, sus tedios con las necesarias y practicadas sonrisas y sus amarguras dentro del trago de alcohol dispensado en una copa de dudoso cristal.
Una noche, Fanny, comenzó a ser asediada por uno de los tantos hombres, de los que frecuentan el boliche. Con una voz finita, tipo pájaro, éste le decía: -¡Te voy a sacar de acá ! - La buscaba, noche a noche, y junto a las acarameladas palabras con que endulzaba su oído, repetía la misma frase: -¡Te voy a sacar de acá ! -
Vale hacer notar que ellas escuchan de distintas bocas éstas mismas palabras y están acostumbradas a ignorarlas por ser efímeras y circunstanciales a algún arrebato de pasión. Por fuera de esto las mismas palabras suelen identificar al "Garronero", el tipo que no quiere pagar sus favores sexuales e intenta enamorarla para acceder a los mismos gratuitamente, Pero aún sabiendo todo esto, es tanta la necesidad de ellas de “zafar” de esa miserable vida nocturna, de mesalina en alquiler, que sueñan con que algún día, esa frase, de una vez por todas, se les haga realidad.
No conocí la razón por la que Fanny vendía su cuerpo. Tampoco sé si estaba deseosa de abandonar su "oficio". Pero lo que sí sé es que el chamuyo del tipo delataba a un charlatán ni bien abría su boca. Y éste parecía ser el charlatán de los charlatanes, cuando decía: -¡Te voy a sacar de acá!... Vamos a ir a vivir juntos…¡No vas a trabajar más de noche!- Y lo repetía tan constantemente que sonaba como ese negro pajarraco que concienzudamente ejecuta su toc…toc…destrozando la corteza del árbol, en la porfiada intención de hacerse un hueco para anidar. Y ella le creyó… y comenzó a salir con él.
Que sorpresa que fue, un día, cuando, el tipo, al fin cumplió su palabra. Ella dejo de trabajar.
Al tiempo, al visitarla una de las chicas, se conoció la verdad, él la había convencido para que firmara unos pagarés de x cantidad de dinero con la que compró una moderna máquina de coser. Y ahora él disfrutaba del ocio, engordando frente al televisor, rodeado de botellas vacías de cerveza. De tanto picotear el tronco del árbol, el pájaro, consiguió su agujero para armar el nido.
Fanny, había dejado de trabajar de noche… Ahora trabajaba de día. Mejor dicho todo el día Desde la madrugada hasta la noche, cose que te cose, en un galponcito de chapas armado en el fondo de su humilde casa, para levantar los documentos que ella misma había firmado, Veía pasar sus días sentada frente a una máquina, con el pensamiento extraviado, augurando un futuro mejor al costo del sacrificio que hacía o quizás extrañando el "dinero fácil" de su cercano pasado. A Fanny, se le había cumplido el cuento de la costurerita… Pero al revés… NIDAEL DORÉContinuara...Próximo capítulo el Domingo 10 de Abril de 2011
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