Revista Literatura

5- Continuación… Capitulo 4 “Amistades perdidas”

Publicado el 07 septiembre 2015 por Cronicasdmm

Alexis tardíamente logra defenderse con su espada que es destruida en la punta y es rozado en el hombro izquierdo produciéndole un gran ardor. Aunque es levemente herido Alexis retoma la concentración pero la criatura se lanza al ataque con una fuerte presión. Alexis lo enfrenta con su espada sin punta y ágilmente se coloca debajo de la criatura e inconscientemente coloca su mano izquierda frente al abdomen de la criatura y una extraña fuerza impulsa a la criatura a dos metros de distancia de la batalla y la hace estrellarse con la pared de una sala, la cual queda devastada. Alexis gira rápidamente hacia la otra batalla pero lentamente ve como la espalda de su amigo Jorge es atravesada por una garra para luego ser levantado lo más alto posible del suelo y ser lanzado contra un ventanal del casino cubierto por tablones, destruyéndolo por completo. El cuerpo de Jorge se pierde entre vidrios y madera. Alexis al ver tamaña escena queda en un shock profundo, sus defensas caen al igual que su espada con la punta destrozada que toca el suelo. En su mente se suceden a mucha velocidad las conversaciones que tuvo con Jorge, de la promesa que le hizo, también recuerda la muerte de Fernando, al profesor recientemente asesinado y también las muertes de Alfaro y Francisco. Todo esto pasa por su mente a una gran velocidad y de pronto esa voz aterciopelada le grita a su conciencia.

–  ¡ALEXISSSS! – Este abre los ojos, al hacerlo, sus ojos marrones cambian a un amarillo intenso, pero vuelven inmediatamente a su color marrón normal. Rápidamente, con mirada fría y aire asesino toma lo que quedaba de su espada de madera y corre a gran velocidad hacía la criatura que asesino a su amigo, en eso se le cruza otra de las criaturas pero Alexis como poseído la salta, y la criatura pasa de largo pero Alexis, en pleno aire, patea a la criatura por la espalda lanzándola violentamente a cuatro metros sobre la criatura que estrello en la pared de la sala, la cual recién se estaba levantando. El choque entre ambas es instantáneo y a tal violencia que destruyen lo que había de pared y pasan volando por el interior de la sala hasta chocar con la pared del otro extremo perdiéndose ambos en las ruinas. En tanto Alexis, enceguecido por la furia corre en contra de la criatura y antes de llegar a esta da un salto y golpea con su espada el brazo con que la criatura asesino a Jorge, hiriéndolo levemente. Harto seguido toca suelo y con rapidez se mueve hacia la criatura que está a su espalda, y ambos chocan, la espada por parte de Alexis y la garra por parte de la criatura. La fuerza de choque es tal que ambos son separados a unos metros de distancia. Alexis con su rodilla en el suelo, se da cuenta que su espada está muy desecha. Se pone de pie, dejando lo que quedaba de su espada en el suelo. Con mirada fría e intensa se centra solo en la criatura pero ya no tenía espada, se ve sus manos y luego va tomando una extraña posición de ataque, en donde su brazo izquierdo cruza el cuerpo y su mano la coloca cerca de la cintura, el brazo derecho queda levemente estirado hacia atrás, la rodilla izquierda sobresale hacia delante, el pie de su pierna izquierda queda detrás de la rodilla sin levantarlo del piso, la pierna derecha queda estirada hacia atrás y el cuerpo queda levemente inclinado hacia delante, la cabeza queda casi al mismo nivel que la rodilla izquierda y levemente inclinada hacia abajo, cerrando así sus ojos. A lo lejos Mariana, acompañada por un chico de cabello castaño oscuro y con rostro muy sucio. Ambos observan la pelea desde la biblioteca y no logran comprender el acto de Alexis igual otros que ven la batalla. La criatura ve la postura de Alexis y sin entenderlo corre a atacarlo. Alexis sin importarle la lluvia ni que la criatura se le acerque a toda velocidad solo mantiene sus ojos cerrados, hasta que…

–  ¡ALEXIS REACCIONA! – Alexis abre sus ojos gracias a la voz aterciopelada que escucho y, estos, extrañamente brillan a pesar de tener una mirada muy fría. Y aunque ve a la criatura acercarse a toda velocidad no se inmuta para nada. Todos los que observaban, cierran los ojos para no ver tal masacre. En tanto, la criatura a toda velocidad se acerca hacia Alexis pero algo lo toma por sorpresa, este, repentinamente ve (aunque no sabemos si realmente lo está haciendo) que los ojos de Alexis cambian a un color amarillo intenso, la criatura parece no importarle tal suceso y aumenta su velocidad de ataque. De pronto se escucha del cielo un trueno ensordecedor que es escuchado por todo el Instituto para después todo quedar en un intenso silencio. Segundos después, Rodrigo abre sus ojos y ve como Alexis y la criatura siguen de pie, ambos de espaldas sin mirarse, sin movimiento alguno a pesar de que son cubiertos por la lluvia la cual se va calmando hasta desaparecer. Rodrigo mira a su hermana quien está muy sorprendida por lo ocurrido.

–  Hermana, ¿Qué paso?– Mariana mira a su hermano y sin poder creer lo que había visto le contesta.

–  .. no… no… lo… no lo sé, no vi nada, absolutamente nada. Todo fue muy rápido, no vi nada. –Rodrigo no cree lo que le dice su hermana. Mira hacia el lugar de la batalla, mira a su hermana para luego decir.

–  Ninguno de los dos se mueve. ¿Quién ganó? –Mariana muy desorientada le contesta.

–  No lo sé Rodrigo, no vi nada, fue todo muy rápido. –Rodrigo nuevamente echa un vistazo sin poder creer lo que ven sus ojos. Alexis y la criatura no se mueven para nada, el primero está con una postura contraria a la anterior. El brazo izquierdo quedo levemente estirado hacia atrás, mientras el brazo derecho cruza el cuerpo hacia la cintura. El aspecto de las piernas cambio también, esta vez la pierna izquierda esta estirada hacia atrás y la pierna derecha sobresale hacia delante, el pie derecho queda detrás de la rodilla sin que se levante del piso. Mientras la criatura esta con su garra hacia arriba, la pierna izquierda esta hacia delante, mientras que la derecha esta hacia atrás. Los dos rivales están quietos, inmóviles, hasta que repentinamente el pecho de la criatura se abre y expulsa gran cantidad de líquido rojo, la cual se combina con el agua de lluvia que está en el piso para después caer abruptamente al suelo. Alexis se endereza y luego se da vuelta y con una fría mirada mira a la criatura que está muerta en el suelo en medio de un chasco de sangre sin importarle que su propia mano y su frente sangran abundantemente.

Segundos pasan cuando la mirada fría de Alexis se tranquiliza y se vuelve serena. Como despertando de un sueño, corre donde yace su amigo Jorge. Al llegar ve el cuerpo inmóvil y ensangrentado de este que es sacado por unos chicos de entre los escombros y lo dejan en el suelo. Alexis se acerca al cuerpo de Jorge, toca el cuerpo y se da cuenta que es ya demasiado tarde, su compañero ya había muerto. En eso llega una chica de cabello rubio oscuro y Alejandro. La primera ve el cadáver de Jorge y rompe a llorar mientras otro joven la abraza. Alexis en tanto recuerda la última charla que tuvo con Jorge, recuerda aquella promesa y luego dice en un tono que solo él puede escuchar.

–  Está bien Jorge… – Alexis luego de recordar mira al cielo diciendo. – Lo prometo. –Alexis agacha su cabeza cerrando sus ojos y lágrimas caen al suelo. El ambiente queda inundado de un silencio profundo, y una tímida brisa se hace sentir en cada uno de los jóvenes, algunos sintiendo la despedida de su líder, Jorge Guajardo.

Luego de un instante Alexis se levanta con el cuerpo de Jorge en los brazos, observa todo el lugar y se extraña por algo.

–  ¿Qué extraño? –Alejandro al verlo así le pregunta.

–  ¿Qué pasa Alexis? –Este que mira para todos lados le contesta.

–  Las otras dos criaturas se fueron y las demás también. –Alejandro mira al patio que está vacío de criaturas.

–  ¿Y qué tiene eso de malo? –Alexis con Jorge en los brazos, ve alrededor de la secundaria.

–  No sé, pero las criaturas no se retiran así tan repentinamente… ¡Rodrigo! –Este que recién había llegado al lugar del suceso acompañado por Mariana le pregunta.

–  ¿Sí, Alexis? –Alexis en tono de voz de Líder le dice.

–  Llévate el cuerpo de Jorge donde los otros cadáveres. –Alexis no mira a Rodrigo, es más su mirada se centra en lo alto del cerro mientras Rodrigo le dice.

–  Si Alexis, como tú ordenes – Alexis le pasa el cadáver a Rodrigo y este se retira de ahí. Repentinamente el piso comienza a temblar.

–  ¿Qué pasa? – Se pregunta Mariana. En eso llega una chica que le dice.

–  ¡Una ola de criaturas se acerca al instituto, y son muchos, demasiados! –La chica rubia que estaba llorando ve el rastro de polvo que se viene acercando a ellos desde lo alto del cerro Cordillera.

–  ¡No puede ser! –Alexis inmediatamente lanza un gran grito que no representa a la de un chico de once años sino a la de un Líder.

–  ¡TODOS TOMEN POSICIONES DE BATALLA! – La orden de Alexis se escucha por todo Instituto, todos toman rápidamente posiciones, los que están en el patio se preparan para recibir a las criaturas. Algunas personas ven como los pocos árboles en el cerro vuelan por los cielos, y sabían que era verdad, es una verdadera estampida la que se acerca y aunque otros digan que no, es la muerte que acecha.

Alexis toma un hierro y espera muy quieto a las criaturas que se acercan raudos al Instituto, su mirada tranquila y serena se pone muy intensa para después decir.

–  No me mataran, no vencerán, no lo harán, ¡no nos vencerán! –Numerosas criaturas de bajo tamaño ingresan raudos al Instituto, los que esperan en el patio corren hacia ellos dispuestos a dar su vida por ello, ambos bandos chocan con violencia, pero Alexis espera pacientemente y a medida que las criaturas se acercan a él. Sorpresivamente este sonríe para después decir.

–  ¡Vamos ataquen! – Alexis corre arrasando con varias criaturas a pesar de las heridas que tiene y del cansancio de la pelea anterior. Su gran agilidad y velocidad no decrecen y mata a cuanta criatura se cruce por su camino. Los demás también pelean con la misma gran audacia, pero están con una diferencia numérica tremenda y no tardan en caer los primeros. Las criaturas llenan completamente el Instituto aunque algunos pasan de largos hacia la ciudad que nuevamente comienzan a verse explosiones o llamaradas a lo lejos. La pelea se torna a un grado de violencia nunca visto, pero para Alexis parece que todo es fácil, cada criatura que se enfrenta a él sale disparada por los cielos, la energía y el ánimo de Alexis se transmite a los demás de tal forma que parecieran estar, milagrosamente… ganando terreno.

Algunas nubes cubren un poco el sol que está en lo alto del cielo pero nadie se da cuenta de ellos ya que las criaturas siguen atacando en masa, haciendo imposible la búsqueda de los heridos, estos mismos deben salvarse ya que los demás están más preocupados por sus vidas, de defenderse de las criaturas y de que no entren a los escondites, los heridos no tienen otro motivo que seguir peleando a pesar de sus heridas, pero corren distinta suerte, algunos logran sobrevivir, siendo salvados, y otros son destrozados sin compasión por las criaturas pequeñas. Las antorchas de fuego comienzan a aparecer en lugares estratégicos dando luz al patio e impidiendo que la noche hiciera de las suyas. Numerosas batallas se sucedían en el patio y Alexis quien seguía peleando es afectado por el cansancio y la pérdida de sangre producto de sus heridas. Obligado por su cansancio entra como puede al casino sin antes ver luces artificiales en la ciudad que se veía desde donde peleaba. Al llegar al casino es recibido por unas jóvenes que lo llevan hasta Mariana que con sus ojos llenos de lágrimas le recrimina airadamente por la tardanza con que llega a sanar sus heridas. Alexis sorprendido por la conducta de su amiga le dice.

–  ¡Cálmate por favor! Estoy bien. –Mariana se queda con la boca abierta para después poner una mirada de pocos amigos, las jóvenes toman distancia, lo mismo hubiera querido hacer Alexis pero el cansancio se lo impidió. Ve como Mariana se acerca a él y con un tono serio de voz le dice.

–  ¿Qué estás bien? ¡QUE ESTAS BIEN! ¡YO NO LO VEO ASI! Será mejor que te cure tus heridas… Karla y ustedes dos ayúdenme por favor a curar a este imbécil. –Karla que estaba terminando con otro herido mira hacia donde esta Mariana y las dos jóvenes y Alexis que está sentado sobre una mesa. Se acerca y al ver a Alexis lo saluda con una sonrisa, luego se presta junto con las dos jóvenes y Mariana a curar las heridas de Alexis. Mariana le saca la camisa y ven que el cuerpo de Alexis está lleno de cortes sorprendiendo a todas. Las 4 chicas se prestan a curarlo rápidamente y mientras lo hacen Alexis se queja un poco por la brusquedad con que Mariana sana sus heridas pero esta lo mira con cara de pocos amigos, entonces decide quedarse callado y mirar para otro lado, a ese lado ve a Susana que llora desconsoladamente en un rincón. Alexis al verla le pregunta a las dos chicas que es lo que sucede con ella. Karla es quien le contesta.

–  No lo sé, ha estado llorando así desde que llego. Llego en mal estado, ahora se recupera pero no ha parado de llorar. – En eso Mariana molesta le dice a Alexis.

–  Alexis quiero que descanses, la herida en tu mano no se ve bien, por favor quiero que te cuides. –Alexis la mira y luego le dice.

–  No es nada, no te preocupes. –Tales palabras enfurecen a Mariana. Alexis al ver sus ojos enfurecidos cierra los ojos, esperando lo peor, pero solo siente un tierno roce de una suave mano en su mejilla derecha, abre los ojos con algo de timidez y ve la mirada lagrimosa de Mariana que le dice.

–  Yo te tengo mucho cariño porque si no fuera por ti yo no estaría viva. No soy fuerte ni tan habilidosa en la pelea como tú lo eres, pero sé curar las heridas, yo… Me preocupas mucho, no quiero perderte, por favor cuídate mucho.

–  Si Alexis, cuídate mucho, yo tampoco quiero perder a la persona que salvo mi vida. –Lo mismo dicen las otras dos jóvenes y Alexis al ver a las cuatro tan preocupadas por él, suspira para después decir.

–  Bueno, me cuidare… un poco más. –Una tierna sonrisa muestra Alexis a las chicas y con esa sonrisa las cuatro chicas siguen en la tarea de curarles las heridas. Minutos después Alexis ya vendado de sus heridas y de ser soltado por sus cuatro enfermeras, camina hacia Susana, mientras se coloca una ropa nueva para cubrir su torso. Al llegar a ella toma una silla y se sienta cerca de ella y luego le pregunta.

–  ¿Susana, que te pasa? – Susana lo ve y una pequeña sonrisa aparece en su rostro, pero después explota en llanto y se lanza a los brazos de Alexis quien queda descolocado y un poco adolorido pero después atina a darle unas palmadas en su espalda. En eso escucha la voz desconsolada de Susana que le dice.

–  Mi, mi, mi novio murió. Dio su vida por mí… Estaba peleando cuando fui atacada por atrás por una criatura que alcanzo a herirme en la espalda… A pesar de que estaba herida seguí luchando contra la criatura, pero… era superior en habilidades que yo… Estaba por matarme, cuando… cuando José se interpuso en el golpe… Este lo hirió gravemente, pero… aun así siguió luchando… mientras a mí me llevaban para acá, pero… pero lamentablemente alcance a ver… cuando la criatura lo des… ¡No pude hacer nada, él me protegió a costa de su vida, perdió la vida por mí, yo, yo, yo no, no sé si pueda, no sé qué hacer! –Alexis mira al techo, comprendiendo el dolor de Susana y solo tres palabras le dice.

–  Lo siento, pero… –Susana entre sollozos lo interrumpe diciendo.

–  No sé si podré superarlo. Lo quería tanto, no sé si podré vivir sin él. –Alexis la toma de los hombros, la ve a los ojos y le dice en forma muy seria.

–  ¡Aquí todos han pasado por lo mismo, y siguen adelante, tú también puedes hacerlo! – Susana mira a Alexis y luego posa su cabeza en el pecho de él, confundiéndolo y ruborizándolo a la vez mientras ella le dice.

–  Lo dices de una forma tan simple –Alexis que todavía no asimilaba tal comportamiento de Susana, despierta para luego preguntar.

–  ¿Qué dijiste, no alcance a escucharte? –Susana sonríe para después acurrucarse en los brazos de Alexis y decir.

–  Hasta cuándo tendremos que luchar, ya se agota la comida y el agua escasea. –Alexis se siente incómodo al tenerla cerca, no era común para él tener a una mujer en sus brazos, pero después toma aire y le dice en forma muy segura.

–  No te preocupes por lo que falta ni de la hora ni del día, si lo haces todo se hará más pesado, veme a mí que ni siquiera sé qué día es hoy.. –Susana se ríe débilmente pero de buena gana, se sienta derecha, se limpia sus ojos y con una sonrisa le contesta.

–  Gracias por preocuparte de mí. –Alexis con sonrisa en el rostro la mira y le dice.

–  Consolar a la gente que sufre es mi especialidad. –En eso una parte del techo del casino cae aunque nadie sale herido de tal suceso pero inmediatamente entran algunas criaturas. Alexis sin pensarlo dos veces, a pesar de sus heridas, se lanza a la lucha, igual Susana, esta vez con fuerzas renovadas.

Dos horas después, se logra expulsar a las criaturas del casino de la cruenta batalla, al mismo tiempo estas aminoran su número hasta no quedar ni una en el recinto. El sol da luz al campo de batalla dando a conocer las condiciones que han dejado las duras batallas sostenidas con las criaturas. Parte del casino ha caído, misma suerte corrió la biblioteca que fue más de la mitad devastada por las criaturas. El centro de computadoras fue destruida por un incendio producido en la batalla, la capilla no soporto la segunda ola, esta fue arrasada e incluso parte del cuarto piso fue destruido por las criaturas. Solo paso una hora cuando nuevamente las criaturas atacaron pero en menor número, los jóvenes pese al cansancio seguían luchando siendo impulsados por las pocas grandes fogatas de la ciudad algunos aseguraban que eras luces artificiales, que habían sido vistas la noche anterior la cuál indicaban que algo bueno estaba pasando.

IPECMS, Ciudad de Santiago de Chile. Martes 19 de Julio del 2191, 02:30 AM.

Pasan casi dos días hasta que las criaturas detienen completamente su ataque, en total fueron tres días de dura pelea y por fin pueden descansar, especialmente la primera noche. A diferencias de otros días, ahora pueden descansar sin presiones ya que no aparecen criaturas cerca de los territorios del Instituto por lo cual comienzan con la dura tarea de limpiar el patio de los restos humanos y de las criaturas dejados por la batalla. Los pocos que siguen con vida están un poco hambrientos y con sed, ya la comida y el agua escaseaban por lo cual corría el rumor de que al día siguiente iban a abandonar el establecimiento que los ha resguardado durante la guerra para encaminar hacia la ciudad.

En la noche e Iluminado por una pequeña fogata esta Alexis, quien presenta toda su ropa rasgada pero su cara feliz, mira hacia la oscuridad de la ciudad de Santiago. De pronto divisa muy lejos pequeñas luces. Alejandro que recién llega al lado de él al ver las luces se alegra diciendo.

–  Capaz que la ciudad está volviendo a la vida. ¿No lo crees? –Alexis lo mira y le contesta.

–  Quizás, las luces han aumentado aunque lo único que me preocupa ahora es que todos tienen hambre y sed, la comida está escaseando. –Alejandro se preocupa por las palabras que Alexis dice, entonces con esa misma cara de preocupado le pregunta.

–  ¿Quieres decir que tenemos que irnos de acá? –Alexis mira a Alejandro, luego se inclina para tomar una piedra para después lanzarla hacia las densas tinieblas y contestar en forma muy tranquila.

–  Si o si sino se acaba todo. –Alejandro le estaba por hacer otra pregunta, cuando Alexis se le adelanta.

–  Además hay pocos heridos de gravedad que otras ocasiones y las criaturas parecen no aparecer más, creo que podemos lograrlo –Alejandro extrañado por las palabras de Alexis le pregunta.

–  ¿Pero estás seguro de ello? Necesitamos… –Alejandro se queda en silencio al ver la mirada tranquila y esa sonrisa tan conocida de Alexis quien le dice.

–  No te preocupes todo estará bien. –Alejandro se tranquiliza y después un silencio sereno los deja quietos hasta que Alexis le dice a Alejandro. –Sin darme cuenta le agarre cariño a este Instituto, es como mi segundo hogar, me imagino que si este edificio estuviera vivo nos diría: “Váyanse, ya no puedo protegerlos como los he protegido, váyanse porque si se quedan morirán, y yo no podré hacer nada, nada” –Alexis y Alejandro se voltean para ver el imponente Instituto, ya casi destruido, pero que en las mentes de ellos dos sigue vigente como lo fue alguna vez para ellos. Alejandro mira a su amigo y le dice.

–  Te noto más cambiado, ya no eres ese chico solitario. – Alexis mira a Alejandro y luego sonríe diciendo.

–  Creo que concuerdo contigo, todos, incluso yo, hemos cambiado.

A las dos de la madrugada, todos, salvo los que están de guardia, duermen profundamente, incluido Alexis que por orden de Mariana tuvo que dormir pero en eso Susana entra al casino y su rostro entonaba alegría pura. La chica despierta a Alexis, quien molesto le dice.

–  ¿Qué pasa, no me dejas dormir, ¡Yia! y esa luz de dónde salió? –Susana lo toma de la mano y lo saca casi arrastrando fuera del casino, este casi sin poder ver nada por la intensa luz, se pregunta. – ¿Qué pasa? –Susana como si algo la hiciera reír le contesta.

–  No lo vas a creer, trata de mirar – Alexis débilmente ve a Susana que le indica con el brazo hacia el cielo. Este mira y una gran sonrisa nace en su cansado y sucio rostro.

–  ¡Son helicópteros, eso quiere decir que…! Nos encontraron… Susana nos encontraron –Alexis recupera totalmente la visibilidad y ve en el cielo a cinco helicópteros de gran tamaño. Alexis, Susana y otros más están llenos de una alegría desbordante, levantan los brazos y saltan como si fuera una señal de victoria, todos estaban felices y de desbordante alegría, era tal la alegría que parecían niños en una fiesta. En eso Karla entra alocadamente al Instituto gritando que cientos de luces se vienen acercando. Alexis sonríe de buena gana ya que por fin, luego de tanta espera, serian finalmente rescatados. Susana que está al lado de Alexis apoya su cabeza en el hombro de él, este la abraza diciendo.

–  ¿Qué te dije? Nos encontrarían tarde o temprano –Susana le dice mientras se cobija en los brazos de Alexis.

–  ¡Si Alexis, sin ti no podía haberlo logrado! – Las palabras de Susana hacen ruborizar un poco a Alexis quien se le queda viendo, esta hace lo mismo, pero después ambos se separan y desvían sus miradas hacia los helicópteros, uno de ellos ya estaba aterrizando en pleno patio.

Luego de que aterrizara el primer helicóptero, baja un individuo vestido con un uniforme de diseño oriental, y cuello ahumado, de color negro con detalles rojos, de chaqueta cruzada y cerrada sin botones en cuyos hombros poseía ribetes blancos en ambos hombros, el sujeto de ojos castaños y de mirada seria pero de rostro muy joven y apuesto tiene el cabello negro muy corto. Luego bajan otros individuos. El primero lleva el mismo uniforme, pero con ribetes de color verde, de ojos verdes, también de cabello corto pero rubio y tiene un rostro que presenta una cicatriz en la mejilla derecha. El segundo de igual manera vestido pero con los ribetes de color celeste tiene el cabello muy corto y de color castaño claro y ojos también claros, este usa unas gafas plateadas. El tercero tiene los ribetes de color azul, de mirada seria, pero de lindos ojos azules, de largo cabello rubio amarrado con un cintillo, este presenta en su rostro una fea cicatriz cerca de la oreja izquierda. El último en bajar posee ribetes de color plomo, y también tiene un rostro serio, de cabello negro y de ojos negros, de mirada seria y presenta una cicatriz que le cruza el ojo derecho.

Alexis va junto a Susana a recibir a los cinco uniformados, los demás aguardan detrás de ellos mientras el uniformado que bajo primero, el de los ribetes de color blanco, se acerca a ellos y les pregunta.

–  ¿Ustedes son los líderes aquí? – Alexis y Susana se miran entre sí y luego de unos segundos, el primero se para frente a él, y le contesta.

–  Líder si usted lo quiere llamar así, si soy yo. ¿Quién es usted? –El uniformado no muy convencido le dice.

–  No creo que tú eres el líder aquí, eres muy niño para serlo. –Susana, que está detrás de Alexis se coloca al lado de él y le dice al uniformado.

–  Él es el único que es superior en habilidades que todos nosotros acá, había otra persona que era superior que él, pero hace poco que falleció – El individuo de la cicatriz en el ojo ve a Alexis y luego de un segundo le dice.

–  Tan niño y has sobrevivido. Debes pelear muy bien como para que esta chica diga que eres el Líder. ¿Cómo te llamas? –Alexis le contesta.

–  Mi nombre es Alexis Astorga, señor. –El uniformado sonríe y luego saluda a Alexis.

–  Mucho gusto Alexis. Yo soy el Teniente Duran y ellos son (empezó por la derecha) el Sargento Rizo que tiene los ribetes verdes; el Sargento Salvador que tiene los ribetes de color celeste; Segundo Teniente Bell que tiene los ribetes azules y el Oficial Mardux que tiene ribetes de color gris.

–  Mucho gusto. –Contesta Alexis al final, el Sargento Rizo le pregunta.

–  ¿Alexis, cuántos supervivientes hay en total? –Alejandro que llega corriendo donde Alexis y le pasa una hoja con los datos, Alexis ve dicha hoja y luego contesta.

–  Somos unos 520 de los cuales 297 están heridos de gravedad y sólo 150 están con heridas sin consideración y el resto 73 en total, es lo que usted ve, incluyendo a los que están cuidando a los heridos. –El Sargento Rizo se asombra ante tal organización, entonces le dice.

–  Bien, llevaremos a los menos graves a los buses que están afuera del recinto y los más graves en los helicópteros, ustedes tres se van conmigo, tenemos dos días para transferirlos a la base, así que manos a la obra. –Alexis evita las preguntas y solo le dice.

–  Sí, señor – Alexis da la orden de que todos comenzaran a trasladar a los heridos graves a los helicópteros, los cinco individuos se unen con los demás mientras el Teniente Duran junto con Alexis y Susana van donde los heridos graves. En eso Alexis le pregunta.

–  ¿Qué pasará con el Instituto después que lo abandonemos? –El uniformado le contesta.

–  Será demolido para luego construir una base de observación.

–  ¿Base de Observación? – Se preguntan Susana y Alexis a lo que el uniformado le contesta.

–  Sí. Por estar cerca de los cerros de la zona. –La respuesta que da el Uniformado los deja con más dudas.

–  ¿Cómo eso de estar cerca de los cerros? –El uniformado les contesta.

–  Después lo sabrán, tenemos trabajo que hacer – El traslado dura hasta el mediodía. Durante esas horas llegan siete helicópteros más, varios camiones militares, buses de salvamento, de construcción, de la cruz roja, etc.

Los heridos con más gravedad abandonan el recinto estudiantil a las 05:40 AM. Luego de eso se les ordena dormir y descansar hasta las 14 horas y todos los hacen sin queja alguna. Más tarde los heridos leves abandonan el complejo a las cuatro de la tarde. Después los últimos en abandonar el Instituto Politécnico de Enseñanza Completa Metropolitana de Santiago son: Alexis Astorga, Susana Alvarado, Alejandro Quijada, Karla Brant, Natalia Díaz, Mariana Valdés y su hermano Rodrigo Valdés, estos lo hacen en un helicóptero a las seis y media de la tarde. Y mientras se alejan del alicaído Instituto Metropolitano, Alexis y los otros siete que están en el helicóptero recuerdan las dos semanas de intensa batalla en el Instituto Metropolitano, cada pérdida, cada momento difícil que pasaron en ese lugar. Más de alguno derrama lágrimas excepto Alexis que está muy tranquilo a pesar de que recuerda a sus amigos perdidos, las batallas más horripilante que enfrento. Mira a Susana que está al lado de él, que llora silenciosamente, Alexis la abraza fuertemente, Susana llora en su pecho llamando a su novio difunto. El Teniente Duran, que está al lado del piloto, escucha en silencio a los muchachos, observa disimuladamente y ve a cada uno de los chicos, mira sus rostros cansados y maltratados por las cientos de luchas que sostuvieron, sabe que para ellos la pesadilla no ha terminado del todo sino que esta… recién comenzando.

Continuará con el Capitulo 5 “La Base Centenario” … el Lunes 14 de septiembre del 2015


5- Continuación… Capitulo 4 “Amistades perdidas”

Volver a la Portada de Logo Paperblog