Has conseguido tu primer trabajo en cine o TV y te sientes muy emocionado. ¡Ha llegado el momento de demostrar tu talento ante la cámara!
Al llegar al set, sin embargo, te invade una sensación de miedo a lo desconocido y te empiezan a entrar los nervios; Puede que te encuentres con que la realidad es bastante diferente a la que te enseñaron en clase: ves a muchas personas yendo cada uno a lo suyo, sientes que el ritmo de trabajo es frenético, escuchas mucho vocabulario técnico que todavía no conoces, etc.
No te preocupes, todo se aprende con la práctica, y nosotros te lo vamos a poner un poco más fácil.
1. No esperes a ser recibido “con flores”
A no ser que acudas a un rodaje muy pequeño, al llegar te puedes sentir como el primer día de clase en un colegio nuevo. No conoces a nadie, pero no te preocupes porque pronto establecerás lazos con la gente. De hecho, si vas a rodar varios días, pasaréis juntos tanto tiempo que acabarás teniendo la sensación de que os conocéis de toda la vida.
Lo complicado es, por tanto, romper el hielo. ¿A quién debes dirigirte nada más llegar? Todo el mundo parece tan ocupado con sus tareas yendo de un lado a otro que te da la sensación de que nadie tiene tiempo para ti, o que vas a estorbar si preguntas algo.
Tranquilo, es normal. En este momento tú eres uno más del equipo, pero te vamos a contar un truco:
Lo que debes hacer es observar a todos durante unos segundos. En seguida te darás cuenta de que alguien lleva un walkie-talkie -probablemente los del equipo de producción- y son a esas personas a las que debes dirigirte, pues son las encargadas de controlar y organizar que todo salga bien.
Preséntate con tu nombre artístico, el nombre de tu personaje y pregunta a dónde debes ir o con quién tienes que hablar. Ellos te remitirán a alguien cuyo trabajo consiste en asegurarse de que estés bien o que cuiden de ti durante el tiempo necesario: irás al catering hasta que aparezca la persona con la que tienes que hablar, te reunirás con el resto de actores o te enviarán a maquillaje para que te vayan preparando.
¡Enhorabuena! Ya has pasado la primera prueba; la llegada. Ahora todo te irá siendo más fácil.
2. No cuentes con recibir siempre órdenes
Los miembros del equipo pueden dar a veces por hecho que tienes las cosas suficientemente claras a la hora de trabajar, pero es tu primer día y, sí, te sabes el guion y lo tienes todo preparadísimo, pero no sabes muy bien cuál es el método de trabajo que se suele seguir en un rodaje.
Todos han empezado igual. Sí, toda esa gente que ves a tu alrededor, así que no te preocupes.
Lo más seguro es que muchas veces no te expliquen las cosas directamente sino que las tengas que preguntar, pero no sientas ninguna vergüenza de decir que es tu primer día en un rodaje, y consulta con los demás cualquier tipo de duda o consejos que puedas necesitar.
El ambiente más relajado en el que puedes preguntar y encontrar todo tipo de consejos suele ser en maquillaje, lo que está muy bien, porque probablemente será uno de los primeros sitios a los que tengas que ir. Ahí recobrarás la confianza en ti mismo y podrás tener alguna charla sobre la gente que forma el equipo, hablar sobre el director, su método de trabajo…
Aprovecha estos momentos para llevar la conversación hacia todo aquello que deseas conocer y, por supuesto, ten cuidado con pasarte de cotilla en temas que puedan ser más irrelevantes para tu trabajo, porque luego pueden traerte consecuencias negativas. No te olvides que te encuentras en un lugar de trabajo, por mucho que el ambiente pueda ser muy distendido, y recuerda que aunque simpático, debes ser siempre profesional.
Las dudas técnicas te irán surgiendo sobre la marcha, a medida que trabajas. “¿Qué tipo de plano se va a grabar? ¿Es mejor mirar ahí o ahí? Creo que el micrófono se me ha descolocado…”. Pregunta a los miembros del equipo sin problema. Piensa que ellos estarán encantados de ayudarte, porque el cámara tendrá mejores resultados si actúas para ese tipo de plano, el de iluminación controlará mejor los reflejos de la luz en tu mirada y el sonidista querrá capturar un sonido perfectamente limpio. Lo mismo, por supuesto, ocurre con cualquier otro tema relativo a otra especialidad.
En algunas producciones puede que el director esté ocupado con mil cosas además de la dirección de actores. Si no recibes mucha dirección para interpretar tu papel, entonces deberás ser tú quien se dirija a sí mismo, bajo tu mejor criterio. Si eres capaz de hacer esto solo y lo haces bien, tendrás muchas posibilidades de que te vuelvan a llamar.
En resumen, nunca esperes órdenes porque en ocasiones pueden no llegarte. Actúa siempre con iniciativa e intenta solucionar cada pequeño reto que te vayas encontrando.
3. Adáptate a los tiempos marcados
El ritmo de trabajo, -a no ser que se trate de cortometrajes de estudiantes que están aprendiendo- es frenético. Piensa que el alquiler de todo es carísimo (localización, maquinaria, etc.) y cuantos más planos se graben en menos tiempo, mejor. En el momento en que las luces, sonido, atrezo, etc., están preparados para el siguiente plano, se graba, pues tener al equipo técnico esperando es una pérdida de tiempo y de dinero.
Por tanto, una vez empieces a grabar la escena no esperes tener muchos ensayos entre toma y toma, al menos como los que estás acostumbrado.
Los ensayos normalmente se hacen más por motivos técnicos que interpretativos, para definir tus marcas, los movimientos de cámara, etc. Es cierto que puedes repasar tu texto cuando los últimos retoques técnicos se están terminando de definir, te ponen el micro, cambian la luz… Pero no esperes que sea un ensayo general centrado sólo en tu interpretación. De hecho, probablemente el resto de actores estén también a lo suyo y lo más seguro es que tengas que ensayar solo.
En otros momentos, sin embargo, verás que tienes que esperar incluso horas. Esto suele ocurrir entre escena y escena, si su preparación es técnicamente más compleja, o si ha habido algún imprevisto, como que se haya puesto a granizar a lo loco. En esos casos sí que puedes aprovechar para ensayar, y también para observar y aprender. Habla con gente que se encuentra menos ocupada y disfruta del momento.
Debes contar, por consiguiente, tanto con tener horas muertas inesperadas como momentos de estrés con un horario muy ajustado. El rodaje se puede alargar mucho más de lo previsto, los días pueden ser muy largos, puede que la grabación sea por el día, o puede que por la noche… En definitiva, sé muy adaptable y cuenta con que estas cosas suelen ser lo normal.
4. No te quejes ni critiques
En un set de rodaje se oye todo. Cualquiera puede escuchar alguno de tus comentarios, y ya no digamos de los micrófonos que pueden estar escondidos por el set, los que llevas bajo la ropa o esa pértiga que recoge el sonido a metros de distancia.
No fomentes un mal clima de trabajo. Cuando los equipos se llevan bien, el resultado es siempre mucho mejor. Aunque eres una parte muy importante en esta producción, eres una pieza más del puzle. Por tanto, haz que no te recuerden por ser muy demandante e ir de “estrella” sino por hacer el trabajo bien, ser educado, simpático con todos y alguien con quien resulta muy fácil trabajar.
Haz amigos siempre; no sólo por el hecho de crear una amistad en sí, sino porque eso te reportará a medio plazo mucho conocimiento sobre lo que te rodea en tu profesión, y son contactos que pueden serte útiles en un futuro. La mejor manera para que te recuerden es llamando a cada uno por su nombre así que, ¡haz un esfuerzo por recordarlos!
5. Asume que cometerás fallos
Todos cometemos fallos. Si tu interpretación estaba siendo espléndida, pero al foquista le ha salido el plano rozado, alguien ha estornudado y sin querer ha entorpecido la toma de sonido, o el cámara se ha retrasado en algún movimiento y hay que repetir, debes asumir que es parte del oficio. Por tanto, no esperes ser tú el único que se puede confundir y ten paciencia cuando les pase a los demás. Igual se hará cuando te confundas tú.
Lleva tu trabajo bien preparado y hazlo lo mejor que puedas. Trata de no bloquearte con tus errores y, si te confundes, piensa que nadie es perfecto. Además, los que te eligieron eran conscientes que iba a ser tu primera vez en un rodaje y cuentan con ello.
No importa cuanto lo intentes, cometerás fallos el primer día. Lo importante es que aprendas de ellos.
¡Mucha suerte!
Si te ha parecido interesante, suscríbete a nuestro blog y recibe periódicamente mucha más información que te hará crecer como actor