Repta la yedra,
de una forma sinuosa,
por los hayedos.
También los robles,
los pinos y castaños
tienen su premio.
La yedra cubre
y tapa, con su manto,
a nuestros bosques.
Traje de invierno
que cubre de los fríos
y de las nieves.
De todas formas
los árboles no lloran
ni se lamentan.
Solo susurran
palabras, en silencio,
para los cielos.
Ellos recogen
el canto de las aves
y de los ríos.
Mientras, la yedra,
prosigue en la tarea
de hacer su abrigo.
Abrigo y traje
de un verde singular
de distintivo.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/22